Quinta Jornada del Festival "Jazz em Agosto"
2004.
Resenha Sábado,
7 de Agosto, pelas 15h30, tocou Arve Henriksen. O músico
norueguês trouxe à Sala Polivalente do CAM da Fundação
Calouste Gulbenkian um recital de trompete solo natural e processada
por via electrónica, alternando com voz e flauta tradicional
norueguesa. Dada a relevante participação que
Henriksen detém na formação de electro-improv
Supersilent, cujo trabalho é porventura mais conhecido
em Portugal, esperar?se?ia talvez algo de esteticamente aproximado.
Não foi isso que aconteceu. Sozinho em palco, Arve surpreendeu
simultaneamente pela positiva e pela negativa. Positivamente,
teve a seu favor o timbre límpido e fortemente vocalizado
que sacou da sua trompete, e as interessantes improvisações
que construiu, privilegiando os tons orientalistas, a sugerir
uma forte inspiração na música japonesa.
O aspecto menos abonatório da prestação
de Henriksen, além das desnecessárias referências
à sua vida familiar, que parece atravessar um momento
menos feliz, esteve no uso e abuso que fez do falsete vocal,
com tratamento electrónico e/ou misturado com outros
sons e instalações. A isto acrescentou sucessivas
camadas sobrepostas de sons samplados de trompete, de modo a
produzir o que veio a resultar num pastiche incaracterístico.
Provável consequência do facto de querer fundir
tantos e tão díspares ingredientes sonoros. Estes
incluíram uma simpática mas musicalmente inconsequente
tentativa de fazer o público participar nas operações.
Um concerto desequilibrado de um músico sensível,
possuidor de um som original em trompete, instrumento que, isoladamente
e liberto da parafernália supérflua, teria sido
o veículo adequado a transmitir o razoável lote
de ideias musicais, apto a melhor trabalhar as interessantes
variações tímbricas exibidas. Isto porque
a adição da electrónica, no caso concreto,
pouco ou nada acrescentou ao que poderia ter sido um dos melhores
momentos do Jazz em Agosto/2004. Um caso flagrante em que mais
significa menos.
Eduardo Chagas
Comentario
El sábado 7 de agosto, hacia las 15h30, tocó Arve
Henriksen. El músico noruego llevó a la Sala Polivalente
del CAM de la Fundación Calouste Gulbenkian un recital
en solitario de trompeta natural y procesada por vía
electrónica, alternándola con voz y flauta tradicional
noruega. Dada la relevante participación de Henriksen
en la formación de improvisación electrónica
Supersilent, cuyo trabajo tal vez sea más conocido en
Portugal, puede que se esperase algo estéticamente más
cercano. Pero no fue eso lo que ocurrió. Solo sobre el
escenario, Arve sorprendió positiva y negativamente.
En lo positivo, tuvo a su favor el timbre límpido y fuertemente
vocalizado que extrajo de su trompeta y las interesantes improvisaciones
que construyó, privilegiando los tonos orientalistas
que sugerían una fuerte inspiración de la música
japonesa. El aspecto menos positivo de la prestación
de Henriksen, además de las innecesarias referencias
a su vida familiar, que parece atravesar un momento no muy feliz,
fue el uso y abuso que hizo del falsete vocal, con tratamiento
electrónico y/o mezclado con otros sonidos y recursos.
A esto añadió sucesivas capas superpuestas de
sonidos sampleados de trompeta, de modo que produjo lo que vino
a ser un pastiche poco original. Probablemente fuera consecuencia
de querer combinar tantos y tan dispares ingredientes sonoros.
Entre ellos, figuró un simpático pero musicalmente
inconsecuente intento de hacer participar al público.
Un concepto desequilibrado de un músico sensible, poseedor
de un sonido original a la trompeta instrumento que, de forma
aislada y libre de la parafernalia superflua, hubiese sido el
vehículo adecuado para transmitir el razonable lote de
ideas musicales, apto para trabajar mejor las interesantes variaciones
tímbricas exhibidas. Porque la incorporación de
la electrónica, en este caso concreto, poco o nada añadió
a lo que podría haber sido uno de los mejores momentos
de “Jazz em Agosto 2004”. Un caso flagrante de que
“más” es “menos”.
Eduardo Chagas
traducción por Diego
Sánchez Cascado