XVII Festival Internacional de Jazz de Málaga. Quinta jornada. Sábado, 16 de Noviembre de 2002. Teatro Cervantes, 21.00 horas
Más información: http://www.teatrocervantes.es
Comentario: El lleno del Cervantes fue casi completo en el
quinto día del festival de Jazz de Málaga del 2002. Para aliviarnos
musicalmente del descalabro sufrido en la jornada anterior, Chano Domínguez nos
ofreció un concierto en su inconfundible y personal estilo que no defraudó a
nadie. Y ese nadie no éramos pocos, ya que el aforo del Cervantes fue llenado
casi por completo, estando a la par con el concierto ofrecido por Chucho Valdés
(¡¡algo de casualidad que los dos tocasen en la película “Calle 54”!!). Y
no nos defraudo a pesar de que la formación que llevo fue un poco atípica.
Debido a motivos personales, según comentó el pianista al público, ni
Guillermo McGill, que si estaba en el libreto, ni Javier Colina, que si que no
estaba en el libreto, ni su cantaor oficial tocaron con él esa noche. Al
principio, sufrimos un poco este cambio, ya que para mi uno de los atractivos
del concierto era poder ver de nuevo al gran Javier Colina, hombre que maneja el
contrabajo con la soltura de un guitarrista de flamenco y que puede tocar
falsetas en su instrumento como se tocan en una guitarra. Para sustituirlo, se
eligió a un músico, de nombre Alfonso y gaditano de procedencia que ya
habíamos visto por la capital malagueña acompañando a Guillermo McGill en la
presentación de su disco dedicado a María Zambrano en el 99. Con él pudimos
ver como se puede tocar el bajo sin trastes en flamenco con un sonido y un
estilo propio, sin recordarnos al más famoso de los bajistas sin trastes de
nuestro país y que ha marcado un estilo propio, Carles Benavent y quizás con
sonido más jazzístico que flamenco. Aunque también hay que decir que no se
prodigó mucho en solos, pero si hizo un buen acompañamiento, que no es poco.
La batería fue tomada por el percusionista habitual de banda, el “Piraña”
que cumplió muy bien su papel, pese a ser la primera vez que tocaba la batería
en directo con el sexteto aunque en ciertas improvisaciones sonara un poco
pobre. Al cante también hubo un debut, de un cantaor de Málaga, con un par de
actuaciones a lo largo del concierto al estilo del otro cantaor “oficial”
del grupo. Y no nos podemos olvidar del ese pedazo de artista que es “Tomasito”.
Cada vez que se levantaba para el baile, formaba un revuelo, y ya, en medio del
escenario, los gestos, las maneras y la gracia que emanaba por los “cuatro
costaos” hacía que el público arrancara en palmas inmediatamente. Por su
parte, Chano nos demostró una vez más por que ha llegado a ser uno delos
pianistas más importantes de nuestro país en la actualidad. Con un estilo
propio, inconfundible, desarrollo esa particular mezcla de flamenco y jazz o de
jazz y flamenco, sin que una prevalezca sobre la otra, dando como resultado una
música que ni es ni una cosa ni la otra, solo música de Chano Domínguez.
Música con melodías dulces y encantadoras, flamencas y jazzeras a la vez.
Blues por bulerías y colombianas con swing.
El concierto comenzó de manera callada, pausada,
con un tema por bulerías que para mi es uno de los mejores de su discografía.
Eso ya nos preparó para ir más a gusto a sentir el resto del recital. Después
ya hubo temas más vibrantes, con ritmos flamencos vertiginosos pero también
temas más calmosos. En mitad del recital, el grupo abandonó el escenario,
dejando a Chano solo con en piano, en una situación en la que él se encuentra
más que bien, como ya demostró en su disco en directo, también grabado solo
con el piano. Escuchamos la bonita versión de “Gracias a la vida” que
apareció en su anterior disco, tema que dedicó al público y también la
preciosa colombiana “Alma de Mujer”. Luego empezaría también solo con el
piano la canción dedicada a Camarón de la Isla “Mister C.I.” para luego
unirse el resto de sus compañeros. También pudimos oír temas con influencias
caribeñas y la canción que apareció en “Calle 54”, “Oye como viene”.
Para los bises dejó un tema de Monk por bulerías y una especie de duelo entre
las percusiones, tocadas por todos los músicos, a un lado del escenario, y el
piano, en el sitio de enfrente muy emocionante.
Esperemos que Chano siga siendo así y nos pueda
regalar para las próximas ocasiones que nos visite, tal y como nos prometió,
más música como la que pudimos escuchar anoche, además de su simpatía y su
saber estar encima del escenario.
Victoriano
Moreno