XVII Festival Internacional de Jazz de Málaga. Quinta jornada. Domingo, 17 de Noviembre de 2002. Teatro Cervantes, 21.00 horas
Más información: http://www.teatrocervantes.es
Perico Sambeat: saxo alto
Raiynald Colom: trompeta
Toni Belenguer: trombón
José Reynoso: piano
Marc Ayza: batería
Paco Charlín: contrabajo
Fotografía: Victoriano Moreno
Paolo Fresu: trompeta
Tino Tracanna: saxos tenor y soprano
Roberto Cipelli: piano
Atilio Zanchi: contrabajo
Ettore Fioravanti: batería
Fotografía: Victoriano Moreno
Comentario: La última jornada del XVII
Festival de Jazz de Málaga llegó. Y lo hizo con un programa doble que trajo a
las tablas del Cervantes a dos formaciones bien interesantes, lideradas cada una
de ellas por dos instrumentistas de viento, cada uno con un estilo diferente,
pero con bastante atractivo.
El primero en aparecer en escena
fue el valenciano Perico Sambeat. Con una gran trayectoria en sus espaldas, este
músico, que ha tanteado también el terreno de la fusión del jazz y el
flamenco, nos ofreció un concierto lleno de lirismo y piezas cuidadosamente
estudiadas por sus músicos. La mayor parte del repertorio estuvo formado por
composiciones propias, con un estilo bastante reconocible, sobre todo armónicamente,
más que en las estructuras, aunque en la formación de este sexteto las obras
tenían arreglos similares. También
tocaron una serie de temas de Monk,
unidos como si fuera una suite, pero dándole
una forma que caracterizó a todos los temas del concierto.
De ese estilo podemos destacar la conjunción de los metales, haciendo
siempre las introducciones a trío, pero sin estridencias, con un sonido
relajado y sin forzar nunca las dinámicas, moviéndose en el terreno más dulce
de los vientos metales, que muchas veces relacionamos con el ímpetu y la
estridencia. De entre las composiciones del valenciano destacaríamos una que
explicó con todo detalle, basada en un cuento de un autor ruso de principios de
siglo, con moraleja incluida, relato que plasmó musicalmente con gran maestría.
Los músicos tuvieron una gran actuación, siempre tutelados por el saxofonista,
sobresaliendo por su imaginación y espontaneidad (en un concierto donde la
mayor parte del repertorio estaba más que ensayado) durante todo el concierto
el baterista, un joven zurdo
barcelonés. Fue un concierto bien relajado, aunque en el desarrollo de los
solos siempre se tendiera a ir en crescendo,
tanto en ritmo como en volumen, aunque siempre dentro de una calma relativa.
Después
del valenciano le llegó el turno a la formación liderada por el trompetista
italiano Paolo Fresu. Con un estilo totalmente diferente, apareció la formación
de Fresu, de edad un poco más avanzada que los anteriores, y también con una
gran solidez interpretativa. El concierto de Fresu estuvo más bien basado en
las improvisaciones de los músicos que en las estructuras de los temas, muchas
veces algo confusas para los que los escuchábamos. El trompetista utilizó,
además, diferentes efectos en la amplificación de la trompeta y el fliscornio
así como la sordina, cambiando la sonoridad de su instrumento para la creación
de diferentes ambientes sonoros, que hacían que cada tema tuviera el sello
personal del líder del quinteto. A todo esto hay que añadir que los músicos
de Fresu tuvieron excelentes actuaciones, cada uno imprimiendo su estilo
personal al recital, aunque siempre bajo el mando del trompetista. Destacaríamos
a su compañero de vientos, el saxofonista Tino Tracanna, que ofreció una serie
de solos bastante imaginativos. Para finalizar el concierto, llamaron a Perico
Sambeat y tocaron un par de temas juntos, demostrando así que el lenguaje de la
música no tiene fronteras.
Esperemos que el año que viene el
festival tome como ejemplo esta última jornada y la mayor parte de los músicos
que vengan vayan por ese camino, pudiendo ver cómo dentro de un mismo estilo de
música puede haber diferentes interpretaciones, cada una con bastantes
aciertos.
Victoriano
Moreno