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MINGUS
BIG BAND
- Fecha: 7 de Março de 2004
- Lugar: C.M.U. San Juan Evangelista, Madrid
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Componentes: Eddie “Doc”
Henderson (trompeta), Kenny Rampton (trompeta), Alex Sipiagin
(trompeta), Ku-umba
Frank Lacy (voces y trombón), Conrad Herwig (trombón), Earl
McIntyre (trombón bajo y tuba), Craig Handy (saxos alto y
soprano, flauta y dirección artística), John Stubblefield
(saxo tenor), Wayne Escoffery (saxos tenor y soprano), Jaleel
Shaw (saxo alto), Mike Sim (saxo barítono), Kenny Drew Jr.
(Piano), Boris Kozlov (contrabajo), Donald Edwards (batería).
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Comentario: Excelente
comienzo para el 12º ciclo “Jazz es primavera” del Johnny
protagonizado por la veterana Mingus Big Band. Fue la propia
Sue Mingus, la que fuera esposa del meastro, la encargada de
salir pocos minutos antes para disculparse ante la audiencia
por unos minutos de retraso debidos a un despiste en el
aeropuerto que aplazó la llegada de algunos de los miembros
de la formación.
Poco después, y sin muchas ceremonias, pisaba las tablas del
San Juan el contrabajista Boris Kozlov para, con asombrosa técnica
y fácil caminar, poner en marcha el arrollador swing que
alimenta la maquinaria de esta orquesta, un swing contagioso e
imparable que no abandonaría ya el escenario y las butacas
hasta el fin de la actuación; no hubo descanso para la
audiencia desde el primer momento, pues poco después ya
calentaba la platea un solo incendiario protagonizado por el
tenor de Wayne Escoffery.
Y es que un repertorio inabarcable y camaleónico como el de
Mingus, unido al talento de los intérpretes y arreglistas
lleva proporcinando noches de disfrute a aficionados de medio
mundo desde la formación de esta Big Band en el 91, nacida
para rememorar la figura del contrabajista y bucear en el
extenso repertorio de un compositor tan prolífico como
irrepetible. Y es que Charles Mingus estuvo presente en el San
Juan, desde su música (“Passions
of a Woman Loved”, “Self portrait in three colors”,...)
hasta uno de sus contrabajos, con una peculiar entalladura en
la voluta, que en manos de Kozlov ejerció de pilar sólido
como una roca, en estrecha compenetración con sus acompañantes
en la base rítmica, el batería Donald Edwards y las delicias
al piano de Kenny Drew Jr.
Sobre este colchón de plumas retozaron a su antojo una
colección de estrellas en los metales, empezando por Craig
Handy, que ejercía de director artístico, quien se permitió
escasos solos en el alto, pasando por “Doc” Henderson o
Alex Sipiagin (también colaborador de la fantástica big band
de Dave Holland) en las trompetas, el brillante Conrad Herwig
y el histriónico Ku-umba Frank Lacy a los trombones, sin
olvidar a John Stubblefield y al propio Wayne Escoffery a los
tenores. Una máquina perfectamente engrasada en suma, de fluída
comunicación entre sus secciones con lujosos ejercicios de
llamada-respuesta sembrados de trepidantes solos que hicieron
la delicia del respetable, incluídos un par de números
vocales (uno de ellos el habitual “Devil woman”) en los
que Lacy se defendió con oficio.
Una
noche de disfrute y diversión que esperamos que sea tan sólo
la primera de un ciclo que ya cumple 12 años sobre las
venerables tablas del San Juan.
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