SANTIAGO DE LA MUELA B-TRÍO
- Fecha: 8 Noviembre 2003
- Lugar: Circuito Catalán, Madrid
- Hora: 20:30 H
- Componentes:
Santiago De La Muela (guitarra)
Dan Wall (órgano Hammond B3)
Carlos "Sir Charles" González (batería)
Comentario:
No formaba parte de la
programación del Emociona Jazz !!!, pero sin duda merecía haberlo estado.
Una nueva evidencia de que los programadores van más a lo seguro, a
los nombres que creen van a tener más “tirón”, cuando más de una vez
se ha demostrado que les han metido gato por liebre. En fin, ellos se lo
pierden, aunque con su empeño de reducir el cartel de grupos españoles en
los festivales, a quien más perjudican es al jazz nacional que de esta
forma no cuenta con los canales suficientes para mostrar toda su categoría
y bien hacer sobre un escenario. Antes de comenzar el concierto, el contrabajista Baldo Martínez
hizo una clara mención a lo anteriormente expuesto y animó a los presentes
a que se solidarizaran con la causa que están llevando a cabo los músicos
de jazz madrileños para conseguir una mayor presencia en los festivales.
Con este panorama de fondo, se presentaban en concierto tres músicos
dispuestos a dejar su sello personal con
la música que más les gusta. Desde los tiempos de Lou Bennet y
algunas experiencias de Ximo Tebar con el Doctor Lonnie Smith, habían sido
muy pocas las incursiones españolas por los terrenos del hammond - guitarra
- batería. Con la valentía que le caracteriza en todos su proyectos,
Santiago de la Muela ha querido dar un nuevo rumbo a su carrera y se ha
marcado una experiencia que cuando esté publicada en disco va a tumbar a más
de uno. La apuesta tiene todos los visos de salirle bien.
Tras sus últimos trabajos en orquesta y sexteto, Santiago de la Muela ha
dado una nueva vuelta de tuerca al jazz nacional y se ha embarcado en
una experiencia arriesgada por lo que tiene de exigente para los
grandes músicos que la acometen. Durante cerca de una semana se ha reunido
con su colaborador habitual, Carlos “Sir Charles” González,
a la batería, y una auténtica
sorpresa, un extraordinario organista, Dan Wall,
llegado especialmente desde Ohio para participar en la grabación del
nuevo disco de Santiago de la Muela. Un trabajo que aún no tiene nombre y
para el cual ya se baraja un avance que podría ser “Tres no es
multitud”. Y como broche final a la semana de intenso trabajo, los músicos
quisieron darse y darnos un homenaje a los presentes e interpretaron el
repertorio completo de un disco, que podría ver la luz para la próxima
primavera, más algún que otro standard y un tema de Wayne Shorter.
A tenor de lo que pudimos ver en el Círculo Catalán, la música
de Santiago de la Muela nos reconcilia con el jazz de calidad,
directo, bien elaborado
(se notaba un trabajo muy bien aprendido previamente)
y perfectamente equilibrado entre los tres componentes.
Dan Wall mostró con creces el porqué es constantemente requerido
por músicos de la talla de Jerry Bergonzi, Lee Konitz, Tom Harrell,
o John Abercrombie, del que forma parte de su trío, desde hace
12 años. La elección
para la ocasión no puede menos que calificarse de perfecta, porque
cumplió su papel con una profesionalidad impecable, adaptando
los sonidos del Hammond B-3 a lo que requería cada momento, perfectamente
ensamblado, matizando a la guitarra, haciendo dúos con la batería y protagonizando grandes momentos que despertaron los aplausos
del numeroso público que llenaba la sala.
Carlos “Sir Charles” González se desenvolvió como pez en el agua en un
formato que ya le era conocido, disfrutando y tal vez recordando los tiempos
en que acompañaba al gran Lou Bennet, quien por cierto le puso el apodo de
“Sir Charles”. Hace mucho que Carlos se encarga de otorgar a la batería
el protagonismo que se merece y
así lo volvió a repetir en esta actuación.
Santiago de la Muela cumplió bien con su papel de director del proyecto,
mostrando una vez más sus grandes dotes de compositor y arreglista. Es en
las distancias cortas donde se aprecia la calidad de un guitarrista y en
esta actuación, Santiago de la Muela tuvo momentos brillantes, sacando todo
lo que lleva dentro y que es mucho. Grandes pinceladas con mucho colorido y
momentos intimistas, como la balada que le dedicó a su hija “Marisa”, se alternaron en la actuación de Santiago.
Todo ello
para culminar un
gran concierto en el que todo fue sincero, el engranaje no chirrió
por ningún lado y los
músicos rallaron a gran altura e hicieron disfrutar al público.
A esa misma hora estaba tocando un tal Jason Moran, pero nadie
se acordó.
Carlos Lara