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ARCHIE SHEPP QUARTET
- Fecha: 12 de Noviembre de 2004.
- Hora: 22:30
- Lugar: Club de música y jazz, San Juan Evangelista,
Madrid
- Asistencia: Lleno.
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Componentes:
Archie Sheep: saxo tenor, saxo soprano y voz
Tom Mc Clung: piano
Wayne Dockery: contrabajo
Steve Mc Craven: batería
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Comentario: El “leit motiv”
del ciclo de jazz del San Juan Evangelista de este otoño
era la voz y el piano; por eso muchos se extrañaron
al ver incluido en el cartel a una vieja gloria del jazz como
Archie Shepp, uno de los saxofonistas históricos de
la música afro-americana, que contribuyó de
manera activa a la propagación del bop, el free y la
música más experimental.
No puedo desaprovechar la ocasión para recomendar tesoros
como “Fire Music” “Mama Too Tight”,
o “Ática Blues”, o los discos que protagonizó
en duelo con el pianista Horace Parlan, o junto a músicos
como Cecil Taylor, Bill Dixon, Don Cherry o el mismo John
Coltrane, que le produjo su primer Lp, “Four for Trane”.
Archie Sheep se fue labrando su carisma de músico siempre
apegado a las raíces africanas, al blues, al gospel
y en ocasiones al funk, nunca renunciando a sus convicciones
reivindicativas, tal y como demostró en el tema “Revolution”,
que interpretó en el San Juan Evangelista. Aunque en
algunos momentos del concierto pudimos apreciar ciertos ramalazos
de su espíritu más libre, sobre todo con el
soprano, lo cierto es que el viejo Archie, a sus 67 años,
se decantó por hacer un amplio repaso del legado de
la música negra, trufada con algún que otro
estandard como el “Ain´t misbehavin”, de
Fats Waller o el clásico de Duke Ellington, “Don´t
get around much anymore”. Las personas que asistieron
al concierto y que llenaban el aforo del recientemente remozado
auditorio del “Johnny”, pudieron disfrutar de
un Archie Shepp que se mostró como un auténtico
dominador de la música afro-americana, repasando una
variedad de géneros que nos hicieron retrotraernos
a la época dorada del jazz más clásico.
Muy bien arropado por su grupo, en el que el pianista Tom
Mc Clung, supo complementar muy bien a su jefe, un contrabajista
de vieja escuela como Wayne Dockery, preciso en cada momento
y un batería como Steve Mc Craven que cumplió,
aunque sobreactuó en algunos momentos, elevando sus
ímpetus con las baquetas. Como cantante, Archie Shepp
aún continúa manteniendo el tipo y en algunos
fragmentos supo modular los altos, recordando por momentos
a ese otro gran cantante llamado Leon Thomas. Una de las piezas,
“Steam”, incluida en un de sus mejores discos
“Ática Blues”, nos devolvió al espíritu
reivindicativo de las revueltas de los 60 por los derechos
civiles en Estados Unidos, en la que Archie, casi sensualmente
nos narraba las penurias de la discriminación racial.
Para terminar, una versión con el tenor del “Round
About Midnight”, con el que Archie Shepp redondeó
una gran noche de blues.
Carlos Lara
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