Comentario: Tras los refrescantes
resultados de su último experimento de sonoridades
orientales con el chelista Rufus Cappadocia en “Kif”,
el guitarrista David Fiuczynski (a partir de ahora nos referiremos
a él como “Fuze”, para evitar los derrames
cerebrales) continúa su trayectoria con los Torsos.
La banda recupera el calificativo de “Screaming”
tras el retorno a la formación del vocalista Dean Bowman
para la grabación de su tercer trabajo en estudio,
el recién editado “2005”.
La formación volvió a la capital
para presentar, casi en primicia, parte del material del nuevo
trabajo, de corte más comercial que los anteriores,
pero conservando el inconfundible estilo de los Torsos, “algo
que ha surgido de forma espontánea, no ha sido en absoluto
intencionado”, matiza Lian Amber, esposa y manager del
grupo, además de cantante y artista gráfica.
Además del repertorio, la novedad la marcaba la ausencia
del batería habitual de la banda Gene Lake (colaborador,
entre otros, de los Five Elements de Steve Coleman), requerido
por David Sanborn, y sustituído en esta gira por Scooter
“Skoota” Warner, entre cuyas referencias figuran
colaboraciones con Defunkt, Bill Evans, Jim Beard o David
Sylvian.
Cabe decir visto lo visto que los conciertos
de Fuze y los Torsos no está recomendados en casos
de estrechez mental o integrismo jazzístico, porque
su música no entiende de fronteras de estilo o etiquetas
y, aunque el Jazz Rock cabalgue por sus fueros, podemos encontrarnos
a Dean Bowman sonando como un crooner y a Fuze apuntando frases
al más puro estilo bop para segundos después
tirar de distorsión, quintas y riffs duros y oscuros.
Igualmente están presentes los arranques de funk y
groove y, para más sorpresa, pasajes de ska (“Woe
to the conquered”, del nuevo repertorio), todo ello
salpicado por ese toque vudú en las congas de Daniel
Sadownick.
La banda desarrolló un extenso repertorio
que dio cabida principalmente a los temas de los dos discos
de SHT en estudio. Del primer trabajo “1995” (sello
Fuzelicious Morsels), sonaron “Vinnie”, Word to
Herb”, “Graffiti”, “Cult of the internal
sun”, “Smile in a Wave” y como celebrados
bises la versión del “Blue in Green” y
“Free man”, y del nuevo trabajo desfilaron “Mind
is a river”, “Faith in the free”, “Woe
to the conquered”, “Just for now”, tema
que abría el directo grabado en 1996 y que se edita
por primera vez en estudio, y el medio tiempo “No survivors”.
Por supuesto, no faltaron las pinceladas instrumentales de
corte exótico extraídas de “Kif”,
como el inédito “Sakura” y un improvisado
escarceo con el público basado en la versión
de “La fiesta” de Corea que Fuze grabara en su
disco en solitario “Jazzpunk”.
Tras diez años de existencia, el grupo
suena compacto y potente. Scooter “Skoota” Warner
suplió con eficiencia y energía al ausente Gene
Lake, brillando especialmente en la vertiente funky (véanse
arriba sus antecedentes), si bien el que suscribe prefiere
la elasticidad y el groove en las amalgamas de este último,
junto al invisible pero imprescindible Fima Ephron, quien
tuvo sus momentos de lucimiento en un solo de bajo distorsionado
con wah-wah en un discurso tan alienígena como el de
su jefe de filas. El histriónico Daniel Sadownick personifica
el complemento ideal a la base, que une a un dominio endiablado
sobre las congas - que se hizo patente en un magnífico
solo ofrecido a los asistentes - un inacabable arsenal de
instrumentos de todo tipo (cascabeles, bocinas, percusiones
varias, juguetes infantiles incluidos), siempre dispuestos
a prestar su lisérgica influencia a los Torsos. Los
protagonistas principales: la voz de Dean Bowman, entregado
y correcto durante toda la actuación, haciendo una
exhibición mesurada de sus peculiares sonidos guturales,
junto a un Fuze más comedido de lo habitual que igualmente
hizo las delicias del respetable con su inconfundible estilo,
camaleónico y marciano, en ocasiones hilarante y ácido
como pocos, que consigue una amplia variedad de sonidos y
ambientes con un equipo más bien reducido y la palanca
de vibrato, sin duda una de las firmas más personales
de la guitarra contemporánea.
Un concierto intenso y agradecido, en suma,
de una banda plena de personalidad y energía que cumple
ya una década en escena abriendo nuevos caminos en
el panorama del Jazz Rock más reciente.
Sergio Cabanillas