Comentario:
Carles Santos puede ser considerado un artista total, que parte
de una larga carrera como pianista abarcando diferentes disciplinas
musicales como son la dirección y la composición.
Este compendio de actividades, junto con la experiencia aportada
en otros ámbitos culturales como el teatro, le ha conllevado
un importante reconocimiento tanto nacional como internacional,
lo que comporta que sus propuestas sean seguidas muy de cerca
por un buen número de seguidores, a la par de que produzcan
un elevado interés.
La interpretación que llevó a cabo en el presente
festival de Nous Sons, no paso inadvertido por el público,
que ovacionó a Carles Santos desde el mismo momento que
apareció en escena.
Carles Santos desarrolló una única y nueva obra
“Tansfer”, que resultó ser encargo del propio
festival. La interpretación ofrecida se convirtió
en un concierto para los sentidos, a consecuencia que esta composición,
que se desarrolló en diversos movimientos, resultó
ser una búsqueda sonora del piano en el más amplio
sentido, a través de la propia interpretación
(en ocasiones con los puños, con elementos añadidos
como una pelota de goma, con dos pañuelos negros o los
propios gemidos del artista), o a través de la repercusión
sonora de las notas a lo largo de la mencionada interpretación.
Esta fuerte carga sonora permitió a Carles Santos, el
poder recorrer el piano en toda su extensión con el fin
de poder extraer del mismo, toda la esencia interpretativa que
el solista precisaba, sin otorgar ningún tipo de concesión
musical, sino fiel a un estilo agresivo y potente en el piano.
La interpretación estuvo marcada por una catarata de
sonidos alternado por momentos musicales repetitivos y obsesivos,
en la mayoría de los supuestos con una ausencia voluntaria
de la melodía, que conllevó que el público
estuviese muy atento a las evoluciones que constantemente se
fueron produciendo, a consecuencia que cada motivo musical suponía
un nuevo elemento interpretativo en la composición.
El resultado de toda la obra se puede calificar de una apabullante
y desbordante genialidad, en donde la música se mezcló
con la personalidad del músico de Vinarós y donde
la libertad interpretativa del pianista nos permitió
entrar en un mundo musical único y personal.
Juan Carlos Abelenda.