Comentario:
La presencia del pianista cubano Bebo Valdés, se está
convirtiendo en todo un referente musical en Barcelona, ya que
cada año se puede contar con el concierto de este músico.
El hecho de tal circunstancia es bien sencillo, a consecuencia
de que la “fórmula musical” y comercial que
se ha ideado con este pianista hace que el público acuda
en masa a sus conciertos, las localidades se vendan con una
rapidez fuera de lo normal y sus discos se compren no sólo
en las tiendas de discos, sino también en el “top
manta”.
El concierto como punto de partida, y como plato fuerte de
la noche se basaba en un “mano a mano” pianistístico
entre Bebo Valdés y Chucho Valdés; padre e hijo
cara a cara. Este encuentro era la primera vez que se producía
en Barcelona, con lo que se podría calificar el concierto
como de gran primicia. A este encuentro de pianistas se sumó
la también hija de Bebo Valdés, Mayra Caridad
a la voz.
El concierto se inició con la interpretación
de diversas piezas en solitario por parte de Bebo Valdés,
todas ellas interpretadas con una gran finura y elegancia
musical; sin excesos, y todo ello interpretado con corrección.
Tras estas piezas le tocó el turno a Chucho Valdés,
quien demostró sus cualidades sin ningún tipo
de reparos y con un estilo opuesto al de su padre. Chucho
demostró en las piezas que interpretó, tanto
una técnica apabullante como una excelente sonoridad,
así como un gran dominio de ambas manos en el teclado.
El instante decisivo de la velada fue el momento en que ambos
pianistas tocaron juntos, durante estos momentos la musicalidad
de Chucho Valdés despareció para poder dejar
hueco a su padre, quien interpretaba los temas de una forma
pausada, mientras que otros pasajes observaba los desarrollos
de Chucho, siempre comedido para no tapar musicalmente a su
padre.
Pero donde la velada se transformó, y para mal, fue
con la presencia de la cantante Mayra Caridad. La hija de
Bebo Valdés intentó llevar el concierto por
unos derroteros mucho más populares que los dos pianistas,
para ello interpretó temas muy conocidos, entre otros:
Alma Mía o Bésame Mucho. Algunos de los temas
fueron interpretados de forma un tanto peculiar por la cantante,
y en ocasiones con una falta de musicalidad verdaderamente
alarmante. El colmo de las desdichas musicales, fue cuando
hizo participar al público en diversos temas, cantando,
tocando las palmas e incluso poniéndolo de pie. El
público no dudó en seguir las órdenes
de Mayra Caridad como auténticos autómatas para
hacerse partícipes de la velada.
Es una auténtica lástima que lo que prometía
ser un concierto más que interesante, acabase como
un concierto de feria de pueblo, donde el público disfrutó
con el concierto, y ante todo con el producto consumista que
finalmente se le ofreció.
Juan Carlos Abelenda.