Comentario:
Un marco incomparable donde se juntan las
estrellas del cielo con los incipientes músicos de jazz sobre
el escenario. Un maestro de ceremonias-Gary Burton-con
sus nuevos talentos, sin partituras-como los buenos-, todo
bien ensayado, chicos bien aplicados, los más destacados de
la clase. Sencillos humildes y anónimos, pero auténticos y
honrados con ganas de comerse el mundo. ¡La oportunidad que
nos brinda el destino no es para desperdiciar!
No puedo asegurarlo, porque no conozco el
dato pero es muy posible que la elección de estos jóvenes
valores procedan de la Berklee College de Boston donde llegó
a alcanzar la vicepresidencia. La sonoridad de Burton sigue siendo una
lluvia constante de sonidos cristalinos que no hay paraguas
capaz de evitar que penetre en tus oídos, pero no es menos
cierto que hoy si he echado de menos un solo de los de antes-Passeger,
Ring…de la época de ecm-. G. Burton ha dedicado su labor a
supervisar a sus discípulos y, lo ha conseguido.
El combo ha sonado de forma lineal en la
interpretación de los temas, donde cabe destacar a Julian
Lage, su músico mas maduro, de limpio fraseo, fácil con las
escalas y arpegios, imaginativo y nada reiterativo, de la
escuela de Wes Montgomery y George Benson, nos ofreció buenos
momentos plenos de swing y complicidad con el pianista Vadim
Neselovskyi. V.Neselovskyi, un pianista de mirada
queda y, flequillo que deja caer sobre la cara, como si de un
ciclista se tratara al sprintar sobre
el teclado. Es ágil en su discurso, veloz con ambas manos,-
especialmente con la derecha-, gusto por el juego de arpegios
y, excelente swing. Igualmente se nota que es aplicado en música
clásica por técnica depurada. Aún tendrá mucho que vivir
dada su juventud, pero de seguir así logrará sus metas. Luque Curtis
y James Willians, bajo y batería completan el quinteto
de forma callada y efectiva, cumpliendo la labor encomendada,
siguiendo el ritmo como corresponde a quienes saben de que va
esto. Muy aplaudidos durante toda la velada,
repitieron con un bis. Las luces nos dejaron a oscuras, los músicos
reaparecen al poco para regalarnos
con un nuevo tema de bop, para hacer las delicias de público
asistente.
Una nueva generación para un veterano con mucha carga profesional a sus
espaldas. Savia nueva y experiencia una hermosa combinación
para el futuro
Enrique Farelo/Alkimia