Comentario: La Fiesta del
Jazz, del 2 al 4 de junio, en la primera parte de los ya célebres
Encuentros Internacionales de Jazz de Coimbra, en su edición
de 2005. Tercera edición de un ciclo iniciado en 2003,
que se beneficia de las sinergias resultantes de la asociación
entre el Club Jazz ao Centro y el Ayuntamiento de Coimbra, entidad
que le ha dado su apoyo desde el primer momento.
Hubo sorpresas, confirmaciones y más sorpresas en
la pluralidad de ofertas que se sucedieron durante los tres
días y noches vividos en Coimbra, entre el recital
en solitario y la orquesta, una apuesta asumida en la diversidad
y amplitud de estilos y lenguajes del jazz actual
La primera de las propuestas llegó de la mano de João
Paulo, quien se encargó de abrir el festival. Sorpresa,
no por el lado de la técnica y la inventiva musical
que se le reconocen desde hace tiempo, sino por la gran madurez
y depuración estilística, menos marcada por
la tal vez excesiva proximidad con la lectura jarretiana del
piano. João Paulo, en una noche de gran inspiración,
escogió un programa que combinó improvisación
libre y reinterpretación de temas de la tradición
popular portuguesa, reafirmándose como uno de los valores
más seguros y relevantes del piano de jazz en Portugal.
Tras el concierto de João Paulo, subió al escenario
el cuarteto de reciente formación liderado por el batería
estadounidense Lou Grassi, Avanti Galoppi. Junto a Grassi,
tocaron Herb Robertson, trompeta de bolsillo, Rob Brown, saxo
alto, y Ken Filiano, contrabajo. En directo, el Avanti Galoppi
no se alejó de lo que se conoce del disco homónimo
publicado por CIMP en 2004. Equilibrando en diversas combinaciones
cierto swing moderno con las composiciones musicales de todos
los miembros, la improvisación sirvió de fuerza
aglutinadora de la multiplicidad de similitudes y contrastes.
Jazz de vanguardia de corte melódico y pujanza rítmica,
cuya explicación didáctica fue dada por el cuarteto
al día siguiente, ante el escaso público de
estudiantes o simples curiosos interesados en oír de
viva voz cómo y por qué lo hacen.
El segundo día trajo a Coimbra el cuarteto de Michel
Portal, Louis Sclavis, Sébastien Boisseau y Daniel
Humair. Como escribí en un texto de presentación
de este concierto, lo que pudimos ver y oír fue la
exhibición en vivo y en directo del funcionamiento
de una máquina compleja y muy sofisticada, que swinguea
e improvisa colectivamente a un nivel de excelencia. Poco
más se puede decir de un programa intachable, por ser
tan eficaz y estar tan bien tocado. Una reafirmación
elocuente de la historia y de la contemporaneidad del jazz
francés, con Portal y Sclavis en un mano a mano mostrando
todo lo que pueden y saben hacer con el saxo soprano y el
clarinete bajo, escoltados por el extraordinario acompañamiento
rítmico de Sébastien Boisseau y Daniel Humair.
El resultado siempre es bueno, aunque a veces parezca un poco
que han encendido el piloto automático.
Para cerrar la primera parte del ciclo, dos propuestas: primero,
la del Rudresh Mahanthappa Quartet, saxo alto que ya ha alcanzado
la cima de su arte, pero todavía con capacidad de crecimiento
y maduración artística. Rudresh sonó
siempre bien, tanto en la velocidad vertiginosa de la montaña
rusa como en los temas que apelaron al lirismo, sin caer en
la afectación. Ni siquiera algún detalle un
tanto forzado lastró un concierto de gran categoría,
lleno de técnica, vigor, sensibilidad y, sobre todo,
mucha emoción, que es lo más importante. Rudresh
le debió mucho a la articulación al piano de
Vijay Iyer, su inconfundible “long time partner in crime”,
como le describió el saxofonista. También fue
la noche de François Moutin y Elliot Humberto Kavee,
por su acompañamiento vigoroso al contrabajo y la batería.
La mayor y más gratificante de las sorpresas del festival
–las demás no constituyeron grandes sorpresas
propiamente dichas, al ser más bien confirmaciones
de lo que ya se conocía en disco– fue la denominada
JACC Workshop Orchestra (JWO). Un conjunto de 10 músicos
organizado bajo la forma de cooperativa ad hoc de músicos
portugueses, que aceptaron el desafío de ser dirigidos
por Adam Lane, compositor e improvisador estadounidense, especialmente
contratado por el Club Jazz ao Centro para, durante tres tardes,
junto con un notable grupo de jóvenes músicos
portugueses o que trabajan en Portugal, preparar la presentación
en directo de las composiciones originales de Adam Lane, el
hombre de la Full Throttle Orchestra. Sobre todo impresionó
el nivel artístico de esta orquesta, formada por músicos
de todo el país, que normalmente no tocan juntos y
que en tan poco tiempo consiguieron alcanzar el rodaje y la
flexibilidad interpretativa que no siempre se encuentra en
las formaciones que ensayan y practican con regularidad.
Una nota final para distinguir, además de las dos
enormes y emocionantes jam sessions en las que participaron
los diversos músicos, la animación en la calle,
una exposición de fotografías de Nuno Martins
en el Teatro Académico Gil Vicente, alusiva a las anteriores
ediciones del JAC, y el lanzamiento de la nueva revista del
Club Jazz ao Centro con una periodicidad bimestral, la Jazz.pt.
Fue una bonita fiesta. Una excelente primera parte de los
Encuentros Internacionales de Jazz de Coimbra / 2005 que deben
mucho a la capacidad de iniciativa del Club Jazz ao Centro
y al entusiasmo de su presidente, Pedro Rocha Santos, que
encabeza un equipo de apasionados merecedores de reconocimiento
público. Luego vendrá la segunda parte. El programa
prosigue dentro de pocos meses. En octubre, una vez pasado
el verano.
Eduardo Chagas (traducción por Diego
Sánchez Cascado)