Comentario: Baldo Martínez
es hoy por hoy uno de los músicos estatales más
activos y que en mejor estado creativo se encuentra. Así
lo acreditan tanto sus últimas grabaciones (Folklore
Imaginario a dúo con Carlo Actis Dato en la discográfica
británica Leo Records o Tusitala con su quinteto de próxima
edición en Karonte), como los diferentes proyectos que
mantiene en activo a lo largo de estos últimos años.
Entre todo ellos destaca sobremanera su Proyecto Miño.
Una formación extensa que ha tardado demasiado tiempo
hasta su presentación en España en 2005 desde
su gestación allá en el milenio pasado en el festival
de Guimaraes.
El festival de Guetxo, acogió la última de
las presentaciones en la gira veraniega que ha llevado a cabo
esta formación. Su inspiración está tomada
de la tradición musical de las tierras que quedan a
ambos lados en el recorrido del rio que da nombre a este proyecto.
En el repertorio interpretado aparecieron algunos temas ya
conocidos, bien en grabaciones a nombre del titular, bien
en algunos de los diversos proyectos en los que ha participado.
Resultó bien interesante ver el tratamiento para esta
amplia formación, ya que sus arreglos son bien diferentes
a los que presentan en esas otras formaciones más cortas
(que van del trio al quinteto). Así fueron desdfilando
temas como Ribeira, Marcha de Guimaraes, De Onte Pra Mañan
(basada en una cantiga de Alfonso X), Canta Rula, Zona Rústica
o la Suite del Miño.
En el caso del concierto de Getxo ayudó a la brillantez
del resultado final el particular estado de gracia en que
se encontraban todos los integrantes de su ensemble. Entre
ellos destacaron especialmente la cantante Mayte Dono (todo
un descubrimiento que encandiló al público con
sus improvisaciones ejecutadas con voz potente y versátil),
el tubista (y también ejecutante de serpentón
en un difícil papel de solista dada la dificultad expresiva
que presentan estos dos instrumentos) Chiaki Mawatari, el
zanfonista francés Valentín Clastrier (increíble
los sonidos que pueden salir de este instrumento), el trompetista
David Herrington (fantástico en su solo que Baldo convirtió
en una conducción por secciones para el resto de los
músicos, con un brillante resultado y alejado de las
convencionalidades frecuentes por estos pagos) y cómo
no el propio Baldo, que en un papel preponderantemente rítmico
nos hizo esperar (pero mereció la pena) hasta que llegó
nuestro obsequio en forma de un magnífico solo. Todo
ello por supuesto sin desmerecer la labor del resto de compañeros,
que estuvieron en su lugar en los momentos precisos, bien
fuera ejecutanto brillantemente los arreglos o en sus correspondientes
solos.
Tras el logro de Baldo (enhorabuena, por fin ha logrado presentar
de un modo más que testimonial este proyecto en España),
surge la pertinente pregunta: ¿tendrá que esperar
al siguiente milenio para que este proyecto tome forma de
edición discográfica o habrá alguien
que se dé antes cuenta de la potencialidad de un proyecto
tan precioso e interesante?