Comentario: Los seguidores
del pianista mallorquín Agustí Fernández
asisten en los últimos años al desarrollo musical
de este improvisador, a resulta de los nuevos planteamientos
musicales que está dando a conocer. Uno de estos proyectos
ha sido la presentación en exclusiva en el Festival Grec
de Barcelona del trío “Aurora”, configurado
por tres de los mejores improvisadores de la escena europea:
el bajista inglés Barry Guy, el batería alicantino
(aunque afincado en Paris) Ramón López y el propio
Agustí Fernández al piano.
El trío “Aurora” presentó el nuevo
proyecto musical de Agustí Fernández, un proyecto
radicalmente distinto de los planteamientos más intensos
a los que nos tiene acostumbrados el pianista, pero no por ello
menos interesante, sino todo lo contrario. El concierto estuvo
conformado por temas originales de los componentes del trío
y trataron de llevar a cabo (partiendo de una formación
clásica como es la de piano, bajo y batería),
del desarrollo de diferentes conceptos y estructuras musicales
desde el propio trío o desde las participaciones individuales
de cada músico. El grupo trató de sintetizar conceptos
tan contrapuestos como la improvisación y la música
escrita, lo que permitió a los componentes dar lo mejor
de sí mismos en los momentos de mayor libertad, mientras
que en otros pasajes, interpretaban los instantes más
pautados y escritos. Esta mezcla de conceptos provocó
algunos de los momentos musicales más interesantes y
de mayor sensibilidad del concierto.
Así mismo fue atractivo escuchar la aportación
de músicas de diferentes ámbitos, ya que a lo
largo de las composiciones se pudieron percibir influencias
de la música clásica (en especial en los solos
de Barry Guy, a través de la interpretación de
su instrumento con el arco), de música tradicional, música
improvisada, o retazos de música española (a través
del cajón que llevaba Ramón López) e incluso
pequeñas pinceladas de música asiática.
Esta mezcla heterogénea de diversos estilos musicales,
fue desarrollada tanto por el grupo como en los solos que desplegaban
cada uno de los músicos. El resultado de todo ello era
buscar que la música fluyera de una forma completamente
natural, sin forzar en ningún momento la interpretación
y jugando con una búsqueda de la melodía, el sonido,
las repercusiones sonoras de ese mismo sonido, o con el silencio.
Todos estos elementos produjeron una interpretación personal
de cada músico que redundó en la interpretación
final del trío, dando como resultado una música
extremadamente lírica, muy expresiva y llena de buen
gusto y ternura, acompañada en todo momento por un abanico
de texturas sonoras delicadas que sorprendió al público
asistente.
El presente proyecto de Agustí Fernández presenta
una vertiente expresiva de este músico diferente a la
que nos tiene acostumbrados, pero muy interesante de ser escuchada
y ante todo deleitada. Lo único que se le podría
achacar a este grupo es un poco más de rodaje, que a
buen seguro produciría una mejor definición de
ideas del proyecto.
Juan Carlos Abelenda