Comentario: Un concierto
esperado por el público, el de la joven pianista Hiromi
Uehara ( Shizuoka, 1979), que acudió al Festival de Jazz
de San Javier con su ultimo trabajo que lleva por titulo Brain,
grabado en el 2004.
Hiromi toma su primera lección de piano a los seis años,
a los doce entra en la Yamaha School of Music y a los catorce
ya se exibe con la Filarmónica Checa en Praga.Con diecisiete
años y con motivo de una visita del pianista Chick Corea
a la escuela japonesa, tras escucharle tocar, el maestro Corea
la elige para una serie de conciertos en Tokio.En 1999 entra
en la Berklee College of Music de Boston, el maestro y pianista
Ahmad Jamal influye en gran medida en su carrera y se diploma
con notas altas en el 2003, año en el que realiza su
primera grabación de un albúm con el titulo Another
Mind.
El directo de esta pianista, después de escuchar su ultimo
disco, me dio la impresión de ir mucho más alla,
en cuanto a la impresionante energia que transmite en el escenario,
su estilo pianistico es explosivo, musicalmente hablando, pudiendo
pasar de un silencio a un pianoforte en cuestión de segundos
creando pasajes de gran intensidad músical, ostinato
ritmico, interválico y timbrico, cluster pianistico,
todo esto unido a una gran técnica instrumental, me dejo
clavado al asiento durante todo el concierto, en uno de los
mejores directos que he visto en este festival.
Un gran peso el que soporta el bajista Tony Grey, que tambien
estuvo en su primer álbum acompañándole
y el bateria Valihora que me dio la sensación de una
gran solidéz, pero tambien flexibilidad en la ejecución
de los temas, por cierto, todos son composiciones propias de
la pianista.Hiromi alternó piano y teclado electrónico
en los dos ultimos temas.
Destacaria, en mi opinión, ese entusiasmo creador que
transmite con esa fuerza que desborda pasión, energia,
técnica, entrega y comunicación con el público
allí presente, algo que deberían tener en cuenta
algunos artistas “veteranos” que pasan por los festivales
de jazz sin la más minima entrega, a modo de estrellas,
pero sin luz.
Una anécdota: al terminar el concierto y encontrándome
en el bar del auditorio tomando un refresco, pude ver a Hiromi
que pedía un helado de limón y cuando se lo dieron
se fue dando saltos de contenta, como si se tratara de una niña
de ocho años... un encanto como persona y un gran talento
como músico.
Flores y aplausos merecidos para esta genial pianista a la que
habrá que estar atento en sus proximos trabajos.
José Antonio García
López