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A un año de cumplir la mayoría de edad, el baluarte
de Santa Lucía de Ibiza acogió nuevamente la muestra
de Jazz del Injuve (Instituto de la Juventud). A pesar de lo
que su nombre pudiera dar a entender, este certamen se organiza
anualmente gracias a la ejemplar colaboración entre el
Ajuntament d'Eivissa, el Consell Insular de Eivissa i Formentera,
la Direcció General de Joventut del Govern Balear y el
citado Instituto de la Juventud. A pesar de la restricción
que ha supuesto en 2005 su reducción de cinco jornadas
a tres, el programa de este año ha presentado una propuestas
muy variada en cuanto a los grupos cabeza de cartel. Por otro
lado sus conciertos en programas dobles permiten al público
apreciar el trabajo de unos grupos jóvenes, a quienes
este festival da la oportunidad, para la mayor parte de ellos,
de presentarse por primera vezante una gran audiencia.
Joachim Kühn Ibiza Jazz Trio - Ester Andújar
En la primera de las veladas la propuesta seleccionada por
el Injuve fue la de la valenciana Ester Andújar, quien
con sus 29 años entraba dentro de las condiciones de
juventud necesarias para ser seleccionada. Esta fue la segunda
vez que concurría al certamen, aunque la primera a
su nombre. Ester presentó su segunda obra recién
editada en Omix Records, de título Celebrating Cole
Porter, con clara inspiración en Ella Fitzgerald. Como
bien indica su título el concierto giró en torno
a la figura de este compositor y unos cuantos temas elegidos
entres sus múltiples y más que conocidos standars.
La citada grabación se beneficia de diferentes arreglos
y acompañantes para cada uno de los temas, lo que aporta
una gran variedad al resultado final. En el caso de Ibiza
el resultado fue bastante más plano, con una (agradable,
todo hay que decirlo) voz que sin embargo no estuvo en todo
momento al nivel que requerían los temas. Unas veces
(las menos) por algún problema físico y en otras
por una interpretación excesivamente lineal, sin la
implicación emocional necesaria. Lo mejor del concierto
fue el arreglo de "My Heart Belongs To Daddy", que
se supo separar inteligentemente del que en su día
inmortalizara Marylin Monroe.
A continuación subieron al escenario el pianista y
saxofonista alto alemán (aunque residente desde hace
unos años en Ibiza) Joachim Kühn. Junto a José
María "Chema" Pellico (contrabajo) y Francisco
Ruiz "Gori" (batería) integran el Ibiza Jazz
Trio, grupo que tiene previsto en breve llevar a cabo la grabación
de su primer disco. Kühn es un músico de primera
línea, en un nivel extrarordinario, a quien se ha podido
escuchar en diversos ámbitos musicales y al lado de
luminarias del jazz como Ornette Coleman. Un músico
a quien Kühn definió como el mejor compositor
del mundo y de quién interpretó un par de composiciones.
Pero este no fue un concierto basado en la seguridad de un
repertorio ajeno. Por el teclado desfilaron temas llenos de
lirismo e inspiración, compuestos en su residencia
ibicenca, como Salinas o Mar y Sal. Tampoco faltaron sus referencias
a la música clásica. Lejos de la opinión
apresurada que puedan dar estas referencias tan dispares,
su maestría supo integrarla en un discurso personal
que no dejó indiferente a los asistentes a su concierto.
Mención especial merecen sus acompañantes. A
pesar de algún problema momentáneo en el inicio
del concierto, estuvieron allí dónde los requería
el titular del trio (¡lo que no es poco!) para ayudarle
a traernos más de uno y dos momentos de inspiración
mágica. Quien esto escribe queda más que expectante
ante la próxima grabación de este trio.
Atomic - Fourejazz
Fourejazz abrieron el concierto de Atomic en la segunda de
las veladas. Con una propuesta de clara inspiración
hard-bop y con un repertorio no basado en standards, lo que
es de agradecer, estos alumnos del Seminario Permanente de
Jazz de Pontevedra destacaron por su dominio instrumental
a pesar de su insultante juventud, con unas edades de 17,
18, 23 y 29 años. Especialmente interesante resultó
el trabajo del pianista. Vaya desde aquí un aplauso
a el SPJPontevedra que además de en forma de grabaciones,
ya está mostrando en directo unos buenos resultados
como resultado de su labor formadora.
El joven quinteto nórdico Atomic dio el mejor concierto
de toda la muestra, con una propuesta que entusiasmó
a los más de 1200 asistentes que abarrotaron el Baluarte
de Santa Lucía. La propuesta de este grupo sabe conjugar
elementos del hard-bop (especialmente a la hora de exponer
los temas), con desarrollos basados en la tradición
del free, sin olvidar tomar tanto elementos de la música
pop como de la libre improvisación. En el concierto
de Ibiza estuvieron especialmente brillantes a la hora de
interactuar en el desarrollo de los temas, que ejecutaron
con un más que notable grado de maestría instrumental.
A tenor de lo escuchado en su primera grabación Feet
Music, tanto la evolución del trompetista Magnus Broo,
como la del saxofonista y clarinetista Fredrik Ljunkvist y
del pianista Håvard Wiik ha sido más que notable.
Aún así, los pilares de este quinteto son el
contrabajista Ingebrigt Håker Flaten y el batería
y percusionista Paal Nilssen-Love. A pesar de su juventud
ambos tienen una incansable actividad, que en el caso del
contrabajista no sólo no está restringida a
la escena del Jazz más o menos Free y la libre improvisación,
sino que se extiende hasta la del Nu Jazz colaborando con
Bugge Wesseltoft, uno de sus máximos exponentes. Los
dos bises con que el grupo premió las peticiones del
público son una buena muestra de la aceptación
del concierto entre la numerosa concurrencia, no habituada
a propuestas de esta índole (no hay más que
echar un vistazo a la cartelera de los festivales veraniegos)
y que sin embargo quedó sorprendida gratamente con
el resultado final. Como nota anecdótica la inspiración
de Ornette, master Coleman, volvió a visitar el escenario
de Ibiza en el segundo de sus bises.
Avishai Cohen Trio - Jazz Sextet Of Rostov - Sergio
Contreras & Josep Tutusaus Quintet
El quinteto de Sergio Contreras & Josep Tutusaus abrió
la tercera y última jornada, en un programa triple
que incluía al Jazz Sextet Of Rostov (grupo invitado
ganador de la edición de 2004 del festival de Jazz
de Getxo) y al trio del contrabajista Avishai Cohen. Con su
propuesta más latina que jazzística, este quinteto
supo hacer que la gente se enganchara con temas propios como
el pegadizo El Pulpo. Este fue el único grupo Injuve
que logró arrancar un bis. Allí atacaron el
clásico Tin Tin Deo de Chano Pozo y popularizado por
Dizzy Gillespie. Destacaron en la formación el trombonista
catalán Josep Tutusaus y sus magníficas maneras,
así como el pianista canario José Alberto Medina,
participante en la edición de 2004 y con una obra ya
a su nombre en el sello barcelonés Fresh Sound Records.
Tras este quinteto y sus aires latinos subieron al escenario
los músicos del Jazz Sextet Of Rostov. Su brillantez
instrumental (especialmente la de su efectista batería,
un músico que entusiasmó a la concurrencia)
y un repertorio a la medida del gusto del público con
propuestas clásicas y claras influencias de músicos
como Horace Silver y Michel Camilo, fue lo que este necesitaba
para premiarlos con el correspondiente bis. Un ejemplo de
su orientación hacia lo mainstream y sus ganas de agradar
a toda costa fueron los aires étnicos con que iniciaron
uno de los temas: partiendo de una propuesta basada en el
folklore moldavo y ucraniano, en la correspondiente ronda
de solos se transformó por obligación y sin
naturalidad alguna en su desarrollo, en un tema hard-bop canónico
y aburrido, aunque eso sí, magníficamente ejecutado.
Tras estos dos grupos salió a escena Avishai Cohen
con su trio. Su fórmula fue sencilla y efectista: se
toma una breve melodía que no resulte molesta y de
escritura más o menos enrevesada y se repite (sin alejarse
demasiado del núcleo melódico inicial) hasta
la saciedad con depurada técnica y una más que
notable conjunción. El resultado de lo acaecido en
esta ocasión fue un concierto en el que una gran parte
del público se entusiasmó con el espectáculo.
No así el resto, quienes terminamos desorientados,
desconociendo por momentos si lo que sonaba era el tema anterior,
el primero o el siguiente, o si todo era un mismo tema a partir
del que se hacían leves variaciones, eso sí,
con una depurada y más que admirable técnica.
En cuatro ocasiones, no obstante, el grupo se salió
del guion establecido. En la primera de ellas Avishai Cohen
nos obsequió con un tema a contrabajo solo, con aires
étnicos y recitando en hebreo, lo que aportó
un toque exótico y rompió con la monotonía
del concierto. En otras dos ocasiones (finalizando el concierto
y en el segundo bis), el grupo optó por mostrar su
cara más groovie con un pianista que hizo aflorar las
ganas de bailar del personal. Estos dos momentos fueron a
la postre no sólo lo mejor del concierto sino de la
tercera noche. En la última de las ocasiones, proporcionó
el "momento karaoke" de la noche, necesario por
lo que parece en todo concierto que se precie de tal. Tuvo
lugar en el primer bis. El público disfrutó
pudiendo canturrear un tema conocido cuando el contrabajista
empuñó el contrabajo eléctrico e interpretó
(que no improvisó) a solo "Come Together"
de los Beatles, logrando que la gente correspondiera con palmas
y coreando el tema. Fue justo lo que se necesitaba para complementar
un concierto plano, aburrido y con una música ausente
de cualquier resquicio de riesgo y con un mínimo interés,
lleno eso sí, de una depurada técnica interpretativa
y escénica.
Conclusiones
Referido a los conjuntos del Injuve y tras lo visto y escuchado
en sus conciertos se pueden obtener varias conclusiones. La
primera (y muy positiva) es que desde hace unos años
a esta parte el nivel técnico de nuestros músicos
es cada vez mejor. La segunda es que desde un punto de vista
general los músicos siguen demasiado pegados a los
modelos a partir de los que realizan su aprendizaje. Su juventud
como inicio de progreso y enriquecimiento personal, a partir
de la experimentación e investigación debe servirles
para poder ir poco a poco encontrando su camino y unas formas
más personales de expresión. Todo ello sin olvidar
las grandes dificultades con que se encuentran fuera del ámbito
de muestras como esta (con un concurso previo para la selección
de los proyectos), para poder trabajar en directo. Por desgracia
en España seguimos careciendo de esa estructura básica
para el Jazz que supone un circuito de locales de pequeña
y mediana capacidad. Unos lugares en que estos y todos los
demás músicos puedan mostrar sus propuestas,
lo cual serviría a su vez para crear una cultura jazzística
y nos permitiría a los aficionados disfrutar del Jazz
en directo más allá de la sobredosis concertil
veraniega. Por tanto es necesario que esta muestra siga funcionando
como escaparate e impulso a nuestros músicos del futuro.
Ingebrigt Hidalgo