Comentario: He de reconocer
que a pesar de mi gusto por la música en general y de
mi interés por conocer y llegar a las culturas de todos
los rincones de este planeta, jamás había oído
mencionar el nombre de Hermeto Pascoal hasta que el programador
de Universijazz, José Luis Gutiérrez, me confirmara
que el y su grupo vendrían a la edición de este
año. Creo que algo muy grave ha debido de ocurrir en
estos últimos 35 años para que su mensaje no me
llegara hasta el día de hoy; perdón por el ejercicio
de egocentrismo. ¿He visto la luz o es que algún
foco del escenario me quiere incordiar? Me quedo con una frase
de Hermeto: “Yo vine del cielo a la tierra tocando y volveré
tocando”.
Recién llegados desde Roma, donde actuaron el lunes
en el Fandango Jazz Festival, y sin prácticamente tiempo
para hacer las pruebas de sonido, vemos aparecer en el escenario
un goteo de músicos que van incorporando sus instrumentos,
bajo eléctrico, piano, batería y percusión,
a una compleja estructura musical. Hace su entrada la vocalista
para desaparecer al llegar el saxofón y por último
el gran Hermeto toma las riendas para conformar una gran tormenta
sonora. ¿Sorprendido? Totalmente.
Hermeto Pascoal, apodado por Miles Davis como “el albino
loco” tiene el aspecto de alguien a quien le importa
muy poco lo que yo me dedique a escribir sobre su aspecto
y una forma de entender la música lejos de pautas y
clasificaciones. La música brota de todos y cada uno
de los elementos de la tierra y el está ahí
para hacerla salir.
El saxofonista Vinícius Dorin destaca en varias interpretaciones
disolviendo sus notas sobre un fondo caótico-brasileño,
Iteberê Zwarg interpreta sus solos al bajo trasmitiendo
al público lo que él está disfrutando
y André Marques, nos conduce hasta el vértigo
en el inquieto golpeo de las teclas del piano. Hermeto va
tomando protagonismo y colorea con sus notas el patio de Santa
Cruz .
Pero la sorpresa va a ser una constante en esta actuación,
la joven vocalista Aline Morena, no es una cantante al uso,
ella es otro instrumento más en el grupo. Mezclando
fraseos, sonidos y gritos se integra con el resto de componentes
para ofrecer una agradable sensación de libertad. Digno
de mencionar es la catarsis entre la voz de Aline y el clarinete
de Vinícius Dorin buscando la nota más aguda
y fundiéndose en uno solo sonido. ¡Magistral!
Muchos más aspectos brillantes se pueden destacar
de la actuación, como el dúo de batería
y percusión que finaliza con Marcio Bahia y Fabio Pascoal
en el centro del escenario con unas panderetas, o el mágico
momento en el que los músicos, provistos de tubos de
distinta longitud, bajan del escenario, y aprovechando el
pozo de piedra que está en el centro del patio del
Palacio de Santa Cruz, realizan un ejercicio de sonoridad
y ritmo capaz de dejar con la boca abierta a todo el público.
Hermeto se ha ganado al público, canta, le hace cantar,
reír y disfrutar. Es increíble como es capaz
de dirigir, improvisar y de hacer emanar música de
todo lo que le rodea. Incluido sus músicos y su público.
Voy a guardar con mucho cuidado en mi memoria este concierto,
he quedado impactado por la presencia de Hermeto y maravillado
por la capacidad vocal de Aline Morena. Con ella desde luego
yo no discuto.
http://www.hermetopascoalealinemorena.com.br
José Miguel Sebastián