Comentario: Segundo fin
de semana para el Festival de Jazz de San Javier y visita casi
obligada de un joven “prodigio” del jazz actual,
el pianista y cantante: Peter Cincotti.
Decía lo de casi obligada porque su ultimo disco, On
the moon, es aclamado por gran parte de la critica mundial y
solo este año ha paseado su proyecto por cientos de locales
y auditorios de todo el mundo.Un proyecto, el de Cincotti, en
el que predominan temas de corte romántico, baladas,
etc,...una mezcla de jazz y pop melódico muy en la línea
de este festival en este verano del 2005, de hecho se anunciaba
como uno de los conciertos más románticos de los
programados.
El primer tema, St. Louis Blues, un blues de 12 compases, comenzaba
a toque de contrabajo y la voz de Cincotti, añadiéndose
bateria y saxofón en la exposición que dio paso
al primer solo de piano y saxo tenor dentro de una cómoda
estructura armónica apoyada por el contrabajo y el batería
Mark McLean.
No voy a relatar este comentario tema a tema, como he hecho
otras veces, ya que el desarrollo del concierto fue tal y como
se anunciaba, temas melódicos que más que parecerme
cercanos al jazz, sí que tenían un sentido bien
elaborado de la música pop y no por ello dejar de ser
bien agradables al oido del público.Así que el
segundo tema, Some Kind of Wonderful, no tuvo más particular
que servir de puente al tercero, I love Paris, un clásico
del jazz, bien adornado por el contrabajo, el ritmo marcado
de caja del batería y la improvisación del pianista
Cincotti, elegante y ajeno a desarrollos complicados, más
bien todo lo contrario.La complicidad con el público
llegó con el tema que da título al álbum:
On the Moon.Composición en forma de balada, sugerente
y atractiva, de fácil comprensión y con todos
los signos de ser el tema central de este proyecto.La voz de
Cincotti, caliente, sensual, a veces aniñada y otras
desgarbada, me recordaba a otro de los grandes piano-cantantes
de anteriores décadas cuyo nombre no recuerdo en este
momento,....lo dejaré a la imaginación del lector.
La sesión continuaba con The Girl for Me Tonight, acunado
por el contrabajo de Barack Mori y algunas introducciones del
saxofonista tenor Scott Kreitzer, a modo de pregunta –respuesta
con el pianista, en la exposición, para dar paso a un
solo de Scott, amplio y elocuente, que le agradecieron con aplausos.La
velada llegaba a su final con You Don’t Know Me, que tuvo
un solo de piano corto pero recurrente y el standard de Ray
Noble: Cherokee.Introducción de piano, seguido de un
tempo a fast y cambios a swing moderado, un tema instumental
(no cantado), donde si pudimos apreciar la agilidad y el buen
hacer de este pianista, sobre todo su mano derecha.
Glamour y romanticismo para una noche caliente de verano y no
me refiero solamente al clima (calor y humedad) sino al ambiente
que se apreciaba en el auditorio.
José Antonio García
López