Comentario: Una estrella
cruzó el cielo de Barcelona en el Teatre Grec. Tal calificativo
no es aplicado de una forma gratuita a quien se puede considerar
uno de los maestros del piano y de los teclados eléctricos,
el pianista austriaco Joe Zawinul. A sus 72 años Joe
Zawinul sigue proporcionado con su grupo, la Zawinul Syndicate,
propuestas vigorosas y altamente interesantes.
El concierto ofrecido dentro del Festival Grec se podría
calificar de estupendo y posibilitó comprobar que las
ideas que a finales de los años 80 sirvieron a Zawinul
para crear su Zawinul Sindicate siguen plenamente vigentes
y si cabe, bien actualizadas y puestas al día. En el
concierto ofrecido, se pudo evidenciar que la formación
que hoy día lidera Zawinul se trata de una maquinaria
perfectamente engrasada y predispuesta en todo momento a deleitar
al público con una música que sigue los dictados
planteados por su líder. Además se percibió
que lo importante es el grupo de músicos y no tanto
las individualidades, aunque Zawinul se apoya en algunos de
sus miembros para desarrollar algunos de los temas interpretados,
en concreto en el percusionista armenio Arto Tuncboyaciyan.
Otra de las características del grupo fue la utilización
de un buen número de temas cantados (la mayoría
de sus integrantes cantan), lo que confirió a la Zawinul
Sindicate aspectos africanos, todo ello potenciado por la
presencia de la cantante del Congo, Sabine Kabongo, quien
ofreció una versión del conocido tema de Duke
Ellington “Come Sunday”, sencillamente memorable.
Por el contrario Joe Zawinul nos demostró sus cualidades
como músico a cargo de sus sintetizadores, dotándolos
no sólo de una gran expresividad musical sino que a
su vez supo extraer de los mismos momentos de swing, así
como una sonoridad a medio camino entre los años 70
y los años 80, lo que le confieren la cualidad de mago
del sonido y en donde el resto de la banda secundó
estos planteamientos con brillantez. Si hubiese algún
pero para señalar de la actuación sería,
que en determinados temas se pecaba de monotonía al
estar planteados de una forma muy similar. A pesar de lo señalado,
el concierto constituyo un éxito musical (no en cuanto
a la entrada de público, pues más de la mitad
del aforo se encontró vacío), siendo la formación
despedida con una estruendosa ovación d los asistentes.
Juan Carlos Abelenda