>> VOLVER A TOMAJAZZ

 
 

 

    IRÈNE SCHWEIZER/PIERRE FAVRE
Jazz em Agosto 2005
  • Fecha: 07 de Agosto de 2005.
  • Lugar: Gran auditorio de la Fundación Calouste Gulbenkian
  • Aforo: Aprox. 250 personas
  • Componentes:
    Irène Schweizer (piano)
    Pierre Favre (batería)
  • Comentario: Otro concierto extraño, el ofrecido por el dúo suizo de Irène Schweizer y Pierre Favre. En mi opinión, fue un concierto con momentos y la verdad es que los buenos momentos estuvieron protagonizados por la pianista y los menos buenos por el batería.

    Paso a explicarlo; el dúo, como un todo, orgánico, funcionó poco, porque, aunque es cierto que Schweizer tocó muy bien, la mayoría de las veces unos temas muy jazz, relacionados sobre todo con el bop pero también con el jazz más añejo, con Garner y Hines, con un pianismo de excelente ejecución, variado y ecléctico, también es cierto que no se le vieron grandes rasgos individuales, porque no fue la pianista intensa y audaz que conocemos de los discos, aunque siempre haya tocado con gracia y sentido de la melodía.

    Al final del espectáculo le dije a una amiga que ella era mejor músico que él. A riesgo de ser injusto, sobre todo porque conozco su música e historia, con un currículum rico, con momentos compartidos con algunos de los grandes músicos de ambas orillas del Atlántico (Dexter Gordon, Don Cherry, Charlie Mariano, Albert Mangelsdorf, John Tchicai, Michel Portal, etc…), la verdad es que fue sobre todo el batería quien decepcionó, ya que toco siempre con poca sensibilidad, no dominó los sentidos dinámicos que la pianista intentó crear y estuvo demasiado presente cuando la ocasión pedía contención. Antes del espectáculo, al observar el set de batería creí advertir la utilización de dos bombos de pie, muy habituales en el heavy metal, pero algo poco visto en el jazz. En realidad, las figuras y acompañamientos de Favre siempre fueron demasiado obvios y poco inspirados.

    Fue una pena, porque la señora Schweizer merecía un mejor compañero. En muchas ocasiones, la música, aunque bop, tomaba una dirección curiosa. En vez de tocar el tema e iniciar los solos, había una serie variada de fragmentos que confluían en el tema de la composición. Ella encontraba casi siempre el norte, pero él ni por esas. Merecieron la pena algunos momentos de la pianista, que fueron pequeños viajes por la historia del jazz, llevados por una conductora experimentada, pero por una carretera no siempre en buenas condiciones.

    João Pedro Viegas traducido por Diego Sánchez Cascado