Comentario: El concierto
de Dave Brubeck Quartet para el presente Festival de Jazz de
Barcelona se configuró como el concierto “histórico
y de gala” de esta edición (los músicos
vistieron de rigurosa etiqueta). Y no cabe la menor duda que,
una buena parte de la historia del jazz se dio cita en L´Auditori
tras la aparición de Dave Brubeck en el escenario, debido
a la estruendosa ovación que se llevó a cabo.
Hay que señalar que el de 3 de Noviembre de 1966, este
músico inauguró en el Palau de la Música
el primer Festival Internacional de Jazz de Barcelona, y lo
hizo con su afamado cuarteto, y con la presencia del elegante
saxo alto Paul Desmond (autor de uno de los temas más
populares del jazz de todos los tiempos, el archiconocido “Take
Five”).
Como si el tiempo no hubiera hecho mella en el pianista americano,
el mismo junto con sus acompañantes nos ofreció
un concierto dividido en dos partes, con casi dos horas de
duración. Toda una proeza para músicos de tan
avanzada edad.
El concierto estuvo conformado por temas standards como “Stormy
Weather”, temas de su último trabajo compacto
“London Flat, London Sharp” y el tema que le ha
hecho más famoso en la historia del jazz, “Take
Five”. Dave Brubeck demostró poseer unas correctas
cualidades musicales a lo largo de todo el concierto, aunque
en ciertos instantes se dedicó a disfrutar de los desarrollos
de sus compañeros, dejando en bastantes momentos de
tocar, y quedando reducido el cuarteto a un mero trío.
En esas ocasiones, Brubeck se dedicó a gesticular y
a aplaudir a sus músicos, en especial en los solos
del saxofonista Michael Moore (que tuvo aportaciones de gran
calidad musical) o del tosco y rudo baterista Randy Jones.
Este último desarrolló unos solos más
propios de una big band que de un grupo de jazz, con unos
planteamientos rudimentarios y arcaicos, llenos de ruido y
de simple artificio, todo ello de cara a la galería,
pero faltos de sustancia y contenido, que no por ello dejaron
de encandilar al público asistente.
La velada no podía acabar sin la interpretación
de “Take Five”, y así ocurrió. El
tema fue disfrutado por todos los asistentes, ya que la versión
realizada fue extensa en minutaje y con suculentas participaciones
de los integrantes del cuarteto, algunas de meritoria aportación
como la del saxofonista Michael Moore, y todo ello a pesar
del catastrófico sólo que nos dedicó
Randy Jones. El concierto finalizó con una gran ovación
que despidió a Brubeck y su cuarteto en un auténtico
clamor.