Comentario: Hasta veinte
minutos antes del concierto, que comenzaba a las nueve, no supimos
con certeza que éste se iba a celebrar por fin. Ello
se debía al hecho de que la compañía Iberia
perdió el equipaje de los músicos, así
como ¡la tuba! Parece increíble que se pierda un
instrumento de semejante calibre...Pero así fue. Finalmente
hubo concierto gracias a la excelente labor de organización
del festival de Granada, que en un tiempo récord (alrededor
de hora y media) logró conseguir un total de ¡cinco
tubas! que llegaron desde lugares como Córdoba o Jaén,
ya que al parecer, las tubas granadinas estaban siendo utilizadas
en los instantes previos al concierto...
De forma que los músicos salieron al escenario literalmente
“con lo puesto”, sin haber realizado ni tan siquiera
las pruebas de sonido previas a todo concierto y, por lo tanto,
sin ecualización alguna. Encabezados por Haden y una
delgadísima Carla Bley, y cerrando la comitiva Joe
Daley y su tuba prestada, tomaron posiciones y Haden saludó
a la audiencia.
Charlie Haden comenzó explicando el origen de “NOT
IN OUR NAME”, en castellano “No en nuestro nombre”,
texto el cual leyó en una pancarta en España
que hacía referencia a la invasión de Irak.
Después comenzaron con America The Beautiful. Myron
Walden, que estaría muy activo durante toda la noche,
se enzarza en un solo que continúa con la guitarra
de Cardenas enlazando a ritmo de Vals con Carla, Haden y Wilson
respectivamente, para terminar enlazándose la sección
de vientos al completo. Tras un estupendo solo de Malabi,
comienzan un blues que desemboca en una marcha militar para
reivindicar una América sin Bush.
El repaso de antihimnos como Amazin Grace (estupenda interpretación
de Tony Malaby), los adagios de Dvòrâk de la
Sinfonía del Nuevo Mundo o el tema principal de Platoon,
además del repertorio del último disco de la
Liberation, (This is not America, Not in our Name, etc...)
marcaron musicalmente la velada, que podríamos definir
como marcadamente triste, grave, melancólica, con un
Haden que nunca destacó ni tampoco pretendió
hacerlo, y con una Carla cuya dirección sobró
absolutamente.
Al finalizar el concierto, Haden agradeció a la audiencia
granadina la ovación que despertó la actuación
(para la que las entradas estaban agotadas desde prácticamente
un mes antes), y explicó que éste era la última
actuación de la gira de la Liberation Music Orchestra.
De todos es sabido que la LMO se reúne para protestar
ante los conflictos bélicos más injustos. Y
sinceramente esperamos que no tengan que volver a reunirse
nunca más por estas razones. Aunque sea mucho pedir.