Comentario: Tengo que reconocerlo,
no tenía más que unas pocas referencias de R.
Colom, si ya sé, de su inclusión en el último
cd de Perico Sambeat,-Ziribuye- junto a Reinoso y Ayza. Pero
indudablemente esto se me antojaba insuficiente, por lo que
afronté el concierto con expectación; pero lo
cierto es que desde las primeras notas ya auguraban una noche
plena de calidad.
Y efectivamente R. Colom,-un músico de aspecto pícnico-
al que sin embargo no le faltan arrestos para inflar sus carrillos
como si del mismísimo Dizzy Gillespie se tratara, consigue
obtener de su trompeta un sonido rotundo, claro, libre y de
fuerte arrebato, con tanta frescura como pocos en este país.
Y es que este trompetista lidera un quinteto que tiene oficio
suficiente como para tocar sin partitura, ensamblando a todos
y cada uno de los solistas y, sonando como un bloque compacto,
total, sin fisuras. José Reinoso es un pianista que sabe
lo que se trae entre teclas, ya sean eléctricas o acústicas;
de fraseo fácil, utiliza el swing para tocar a velocidad
de vértigo y modular los tiempos con maestría.
M.Ayza, no es batería para quedarse atrás, ni
mucho menos, lleva el ritmo sin perder de oído a ninguno
de sus compañeros y, estos saben que no defraudará.
Tom Warburton, le conocemos de su participación en el
disco de Chema Saiz,-de fuera a dentro-su trabajo sobrio y oscuro,
siempre cumplió con soltura; salvo en su solo que brilló
con luz propia.
Martí Serra, cumplió con el cometido de apoyar
en todo momento a su líder, en precisos coros al unísono,
pero como digo, no tuvo oportunidad de brillar en la realización
de los solos.
Todo esto viene a colación para señalar las estupendas
composiciones, especialmente los fusionados Interlude 1-Buenos
Aires, que sirvió para abrir el concierto con lirismo,
subidas de tono extraordinarias y, controlados cambios de ritmo,
confiriendo a la música aparente sencillez, y naturalidad.
Raynald Colom demostró anoche que no hay que ser americano
para tocar bop de talla internacional, ni para divertirse ni
para hacer disfrutar al respetable; que lo hizo, y este respondió
con aplausos mas que merecidos. No hubo tema adicional pero
no por no merecerlo, sino mas bien por no haber tiempo, ya que
después esperaba G. Atzmon y su The Orient House Ensemble.
Tras un breve descanso, a eso de las 22h 23’, apareció
en escena G. Atzmon y su Orient House Ensemble, en un primer
momento en formación de cuarteto.
Atzmon, le da un tratamiento a su música, difícil
de encontrar en artistas de hoy día. Música
descarada, sensible, intensa y compleja a partes iguales.
Difícil cuando lo precisa y, fácil cuando lo
cree conveniente; su música intensa es capaz de tensar
la cuerda sonora para luego dejarla desvanecer con cambios
de ritmo de profundo calado. Se apoya en músicos de
depurada técnica, y que saben seguir la estela que
marca su líder.
No es una mezcla más de formas musicales, si no que
lo trasciende todo con maestría inigualable, desde
el bop teje la madeja en la que van enredándose, el
free, el tango, ó la música árabe y judía.
No hay pero que poner a este genio de la música, que
domina por igual el saxo alto, soprano ó clarinete
con técnica de virtuoso. Es obsesivo y ecléctico
y en ocasiones me recordó al J.Garbarek de hace años,
tanto en las partes mas arrebatadoras como en las mas melódicas.
No definitivamente no es, un personaje que deje indiferente
a nadie, ya sea musicalmente o políticamente. Su compromiso
político le viene de antiguo, cuando decidió
salir de su Israel natal, por su disconformidad de pisar tierra
palestina, esto se plasma en sus conciertos, y este no iba
a ser menos, lo que le valió que casi al final del
mismo, algún que otro compatriota suyo abandonara la
sala con no muy buen humor, y con vientos destemplados. Igualmente
se acordó de los que no parecen ser muy buenos amigos
suyos, el trío formado por: Busch, Blair y Sharon.
Pero volviendo a la música y a los músicos,
no podemos olvidar a F.Harrison, pianista que pone paz, sosiego,
elegancia y feeling en cada nota; Y.Stavi supo contener las
embestidas de su jefe de forma callada y efectiva; A.Sirkis,
excelente elección, no cabe duda, batería versátil
y de gran técnica; D.O.Fratila un violinista sensible
y romántico, notable interprete de melodías
árabes y judías; R.Viazzani, al acordeón
representa el lado latino, junto a G. Ruzenthuler, a la voz.
El tango, con ellos se muestra libre, en temas de la belleza
de Joven, hermosa y triste. Lili Marleen canción de
cabaret en clave de jazz, que Atzmon complica hasta alcanzar
cimas insospechadas, lírica-melódica unidas
por la complejidad de los arreglos instrumentales.
Un bis tuvo el concierto, y Gilad se lució una vez
mas interpretando el saxo soprano sin la lengüeta, mas
tarde a lengüeta solo y, por fin a saxo soprano completo.
Con los aplausos del público se dio por finalizado
un concierto que a buen seguro conservaremos por mucho tiempo
en nuestras mentes.