Comentario: Richard Bona
según Richard Bona. Esta sería la definición
y el resumen del concierto ofrecido por el polifacético
contrabajista camerunés en el presente Festival de Jazz
de Barcelona. La actuación sirvió a Bona para
presentar el que es su último trabajo “Tiki”,
y el repaso de otros éxitos de su propia autoría.
El concierto obedeció al planteamiento que lleva realizando
en sus últimas giras, y en donde podemos encontrar esa
mezcla que ha hecho del camerunés un músico mundialmente
famoso, y en concreto la mixtura de temas africanos, baladas
aterciopeladas (con su inconfundible voz de falsete) y ritmos
jazzísticos (algunos provenientes de la más rabiosa
fusión). Ante este panorama, el concierto se planteó
como una plataforma para demostrarnos sus excepcionales habilidades
como músico, interpretando temas que llevaron la actuación
hasta más allá de las dos horas de duración.
Junto con sus raíces africanas, se pudo observar la presencia
de ritmos afrocubanos y brasileños que fueron del agrado
del público.
Los aficionados disfrutaron del concierto (la sala se encontró
completamente abarrotada), llegando a participar muy activamente
de las propuestas que Bona les proponía, hasta el punto
que algunos de los temas se convirtieron en auténticos
suplicios, tanto por el exceso en la duración de los
mismos, como por la repetición de bromas y atenciones
que dedicaba al público.
De entre todo este desbarajuste, nos encontramos a un Richard
Bona muy espectacular en el desarrollo de sus solos, y acompañado
por una sección rítmica potente, cohesionada y
siempre atenta a su líder, siendo destacable la guitarra
del joven músico brasileño Elizeu Barbosa y la
percusión de Samuel Torres.
En resumen, un concierto heterogéneo, variado y por momentos
ameno, con ciertas dosis de interés, pero que también
contó con momentos tediosos y monótonos.