Comentario: De forma brillante
y espectacular se inició la vigésima quinta edición
del Festival de Jazz de Terrassa (y que este año celebra
sus bodas de plata). Los músicos que conforman el grupo
escandinavo Atomic, ofrecieron a los asistentes al concierto,
una buena ración de las nuevas tendencias del jazz más
actual, con una sabía mezcla de elementos tradicionales,
jazz moderno y elementos de la libre improvisación.
El concierto sirvió para dar a conocer temas de sus anteriores
trabajos (se cerró la actuación con el tema “Boom
Boom”), así como la presentación de su más
reciente trabajo, y que ya se encuentra disponible, “Happy
New Ears”. También apuntar que la presencia de
Atomic en Terrassa, sirvió para que más de un
aficionado descubriera este grupo musical, no excesivamente
conocido entre los aficionados.
Atomic funcionó a lo largo del concierto como una máquina
de precisión, con una perfecta compenetración
de todos los integrantes, y donde tanto Magnus Broo como Fredrik
Ljungkvist, dirigieron el grupo por caminos musicales diversos
y excitantes. El conjunto interpretó composiciones tan
variadas, que iban desde melodías que podrían
recordar al sonido del sello alemán ECM, temas modernos
con claras reminiscencias y desarrollos de la música
contemporánea, hasta otros con clara ascendencia de la
libre improvisación, desarrollados con una fuerte carga
musical y precisión rítmica.
Algunos de los temas interpretados, ofrecieron todas estas influencias
apuntadas, lo que demostró la extraordinaria solvencia
con que se encuentran compuestos, así como la tensión
interpretativa que hay entre estos elementos, y el perfecto
equilibrio de ejecución de los mismos. Todo ello da un
perfecta idea de la calidad compositiva y del cuidado que llevan
los integrantes del grupo nórdico en la elaboración
del repertorio a interpretar.
Por lo que se refiere a los músicos, es difícil
el mencionar a alguno en particular, pues todos ellos funcionan
como una unidad interpretativa en la búsqueda de un resultado
común, que es la concepción sonora del grupo;
pero si que me gustaría resaltar tanto la precisión
musical como rítmica del batería Paal Nilssen
Love, que ofreció una lección de elasticidad interpretativa,
ya fuera en los momentos más melodiosos como en los momentos
más cadenciosos del concierto. No cabe la menor duda,
que este batería sirvió de guía para sus
compañeros; igualmente resaltar la aportación
del pianista Havard Wiik.
En definitiva, un estupendo concierto que sirvió para
una inauguración radiante del presente Festival de Jazz
de Terrassa.
© 2006 Juan Carlos Abelenda.