Comentario: Como cada año, el Festival de Tarrasa finalizó su programación con la entrega del premio “Jazzterrasman”, un galardón que quiere distinguir y premiar la trayectoria de un músico. Así, en la presente edición de 2006 (la cuarta de este premio), el galardonado ha sido Johnny Griffin, un músico que figura con letras de oro y por méritos propios en la historia del jazz y que además goza de un gran aprecio por parte de los aficionados de Tarrasa.
Johnny Griffin recibió el galardón de manos de Susana Carmona, coordinadora y responsable de comunicación del Festival, y, en un breve y emocionado discurso, dio las gracias a los responsables de Tarrasa por la concesión de tan merecida distinción e invitó a que los aficionados disfrutaran de la música y de su saxo tenor.
El concierto se planteó, tal y como se anunciaba en el programa de mano, como una reunión de músicos para celebrar un acto y pasarlo bien. Una velada sin mayores pretensiones, por tanto, y ante todo para el lucimiento del homenajeado. El repertorio estuvo conformado por standards de la gran tradición del bebop, en la que Johnny Griffin demostró sus más conocidas cualidades, entre ellas la de ser un estupendo intérprete de baladas, con “Body and Soul” como momento culminante del concierto.
Las interpretaciones de Johnny Griffin mostraron su lado más sentimental: el tiempo no pasa en balde y una de sus cualidades más llamativas de su dilatada trayectoria, la fogosidad musical, brilló por su ausencia. A pesar de esta circunstancia, la perfecta sensualidad unida con una sonoridad todavía bella y un perfecto conocimiento del lenguaje que interpretaba, proporcionaron algunos momentos que hicieron las delicias del público asistente. Griffin se encontró arropado por una sección rítmica que en todo momento se prestó a acompañar para el lucimiento total del saxo tenor, y en la que resaltó la gran aportación del trompetista de Tarrasa, Josep Mª Farràs (premio Jazzterrassman 2005), que con sus solos ayudó a que el tono festivo y musical llegase a buen puerto. Tanto Griffin como Farràs se complementaron a la perfección y ofrecieron un concierto en el más genuino estilo tradicional.
© Juan Carlos Abelenda, Tomajazz,
2006
