Con los aplausos llegaron José Reinoso,
Antonio Serrano, Hernán Correa y Nicolás García,
con los que arrancó "Se va", uno de los temas
más destacados de Luis Salinas y sus amigos en
España (New Mood Jazz, 2005). Tras exponer
la pegadiza melodía, vinieron los solos y la temperatura
del concierto se disparó con el público jaleando
a los músicos y disfrutando de los vibrantes encuentros
entre guitarra, piano y armónica. Apenas íbamos
por el segundo tema y Clamores ya era una fiesta. Salinas
y sus amigos se ocuparon muy bien de que el ritmo no decayera
en ningún momento. En directo Luis posee una
magia que apenas se adivina en sus discos.
A continuación se sumó la estupenda
trompeta de Raynald Colom (que también se luciría
con el fliscorno) para completar la formación que,
con algunas entradas y salidas, se mantendría estable
a lo largo de la noche.
© Pablo Neustadt
2006
El repertorio continuó recorriendo
temas de Salinas en los que brillaron los solos de Serrano,
Raynald y Reinoso (tres músicos que volvieron a dejar
claro que están atravesando un gran momento).
Con una alta dosis de improvisación, Luis tocaba y
gesticulaba dándole entrada a uno y a otro, estableciendo
diálogos, solicitando coros, repartiendo generosamente
espacios para improvisar, sacando lo mejor de cada uno con
un gran dinamismo, ganándose al público con
una música en la que el virtuosismo no resultaba gratuito
sino que estaba siempre ligado a un incesante caudal de emociones.
© Pablo Neustadt
2006
Para hablar de la amplísima variedad
de influencias que posee la música de Salinas bastaría
con recordar algunas de las palabras presentes en las composiciones
que el guitarrista ha registrado en estos últimos años:
Parkeriano, Baden, Milonguera, Bebop, Chacarera, Blues, Tango,
Improfunk, Choro, Rumbeando, Zamba, Vals, Bolero, Latín,
Candombe… Una rica diversidad que encuentra en
el estilo de Luis una asombrosa unidad.
© Pablo Neustadt
2006
Ya al final del segundo pase el Niño
Josele participó en un par de temas en los que los
guitarristas avivaron aún más el fuego y nos
trajeron a la memoria los encuentros de Salinas con la guitarra
flamenca de Tomatito.
El público estaba contentísimo
y Salinas tuvo que hacer tres bises. En el primero,
muy intimista, cantó "Nada" (tango canción
de José Dames y Horacio Sanguinetti) acompañado
solamente por los teclados de Reinoso. En el segundo,
el sexteto puso prácticamente a la gente a bailar con
"La salsalinas". Y en el último, cuando
sin darnos cuenta ya llevábamos más de dos horas
y media de concierto, se sumó la finura de Jordi Bonell
para bordar una preciosa versión de "Te extraño",
una de las más destacadas composiciones de Luis.
© Pablo Neustadt
2006
Una estupenda noche con este singular guitarrista
autodidacta que, acompañado como nunca, volvió
a dar muestras de su arte y de su capacidad para conectar
con quienes van a escucharlo. Si la velada comenzó
con un "bienvenido a España", lo que siguió
hasta el final fue un "bienvenido a Salinas".
© 2006 Sergio Zeni.