Comentario: Acercarse a
escuchar un músico como Walter Malosetti es una apuesta
segura: a estas alturas, el oficio se le sabe y el beneficio
se le supone. Uno no aguarda revolucionarios planteamientos
formales ni coqueteos con la vanguardia, simplemente espera
que su buen hacer encuentre el marco adecuado para redondear
una noche llena de swing. A juzgar por lo que escuchamos en
el Central, nadie que haya acudido conociendo el perfil de este
maestro podrá decir que se ha sentido decepcionado. Todo
lo contrario.
El concierto comenzó haciéndonos mover los
pies con la rítmica “Rosetta” de Earl Hines,
composición incluida en Relax, la última
grabación discográfica de Malosetti. A medida
que el cuarteto calentaba motores, iba dejándonos sus
principales señas de identidad. El toque contagioso
de Walter, influido por nombres como Django, Óscar
Alemán, Wes Montgomery o Joe Pass, pero a la vez tan
personal; el fraseo seguro, melodioso, con notas sentidas
–que no crispadas– de Marcelo Peralta; un Larry
Martin ágil en el manejo de las escobillas, absolutamente
solvente en todo momento, y el pulso del joven Fernando Lupino
siempre en sintonía con el andar que reclamaba el cuarteto.
Del primer pase podemos destacar la interpretación
de temas de Malosetti como la potente “Neco blues”
(incluida también en Relax); “Varelín”,
tocada en trío con un encantador aroma bluesy
y “Sara”, con la Gibson destilando sabiduría
valseada.
Tras el descanso todo resultó más animado.
El cuarteto que había empezado tocando para seis mesas
fue viendo como, al calor de sus improvisaciones, se había
ido llenando el local hasta reunir incluso a un nutrido grupo
de aficionados siguiendo la actuación de pie. Quienes
se asomaban al Central quedaban atrapados por el swing desbordante
de las lecturas de piezas como “All Of Me” o “I
Found A New Baby” (con un exultante solo de Larry Martin).
La segunda parte nos dejó también un homenaje
en solitario al gran guitarrista belga con el clásico
“Nuages” de Reinhardt y el “Para Django”
del propio Malosetti.
“Blues For Walter” puso sobre la tarima del Central
una cálida composición que Jim Hall escribió
–en plena gira con Ella Fitzgerald– para su colega
tras escucharle en Buenos Aires.
Cuando la actuación alcanzaba su punto más
caliente llegó la hora de dar por finalizado el concierto.
“Bridge” fue el tema elegido para el reclamado
bis de despedida de un cuarteto que sabe lo que quiere,
lo que puede y lo que debe.
Aplausos para un jazz que, desde la tradición, consigue
transmitir una vitalidad sin fisuras.
Sergio Zeni