Janne Hansson: ingeniero de sonido.
Comentario: Existe una leyenda o tópico que viene a decir que los músicos nórdicos suelen desplegar en su proyectos musicales una suerte de planteamientos muy acordes con la procedencia de los mismos. Es decir, que la música interpretada tiene un aire glacial, frío y carente de calidez.
A tenor de lo escuchado en el presente ciclo Palau XXI,
esa leyenda no es posible aplicarla al grupo e.s.t. (Esbörn
Svensson Trio), que demostró de manera sobrada sus
credenciales como trío. Aunque cierta parte
de la crítica española que quisiera enterrar
a este grupo obviando su larga trayectoria musical, (y por
desgracia bastante desconocida por los aficionados españoles
–en Barcelona este era su segundo concierto–,
la realidad es bien distinta: nos encontramos ante uno de
los mejores tríos europeos de la actualidad. Recientemente
este grupo ha sido portada del mes de mayo en la prestigiosa
revista americana Downbeat, lo que les ha permitido obtener
el siempre difícil reconocimiento en la otra parte
del Océano Atlántico (todos sabemos el gusto
tan particular que tienen los norteamericanos con el jazz
realizado en Europa).
Con esta tarjeta de presentación, e.s.t. se presentaron en el Petit Palau para llevar a cabo un concierto que les sirvió para repasar algunos de temas provenientes de sus anteriores trabajos como From Gagarin's Point Of View, Strange Place For Show o Seven Days of Falling, asícomo el de más reciente publicación Viaticum. Tampoco se olvidaron de ejecutar algún tema de Thelonious Monk, como “I mean you” (procedente del e.s.t. Plays Monk).
La música interpretada por la formación sueca que lidera Esbjörn Svensson demostró una interminable y constante exploración por los diferentes terrenos musicales, desde la vertiente acústica hasta la electrónica, pasando por ciertas influencias de la música pop, clásica, o de la música más introspectiva o sensual. Es ésta sabia combinación –de la cual no abusan– lo verdaderamente llamativo de esta formación, pues tanto Dan Berglund como Magnus Öström en determinados temas extraían pasajes musicales muy eléctricos que combinados con otros acústicos conferían a la música desde estados enormemente rítmicos y musculosos (a veces incluso frenéticos), hasta tiernas baladas. Todo ello es posible gracias al entendimiento perfecto entre los miembros del trío, así como a las extraordinarias habilidades de los mismos. Tanto el contrabajista Dan Berglund como el batería Magnus Öström, demostraron ser unos auténticos malabaristas de su instrumento, cuya papel tienen perfectamente asumido en el trío, y a los que Esbjörn Svensson les deja espacio suficiente para su lucimiento tanto individual como a nivel colectivo. Por lo que respecta al pianista, señalar el gusto tanto por los momentos cadenciosos como los más reflexivos, lo que permitió a los aficionados comprobar lo extraordinariamente versátil que resultó a lo largo del concierto.
Otro aspecto importante en la actuación del e.s.t. fue el planteamiento musical en que se encontró perfilado, en el que sonido y música, siendo vocablos independientes, son desarrollados en toda su máxima extensión, pero forman parte asimismo de un resultado final buscado por el grupo en su conjunto, lo que confiere al trío un papel de primer magnitud, tanto a nivel musical como sonoro.
En definitiva un excelente concierto, que de alguna forma viene a reivindicar a un grupo con enorme talento, pero un tanto desconocido por estos parajes.
© Juan Carlos Abelenda, Tomajazz, 2006