Comentario: Miguel Ángel
Chastang forma este cuarteto, no sé si en exclusiva para
la ocasión o con idea de mantenerlo, “partido”por
la mitad: mitad juventud, mitad veteranía, Chastang y
Al Foster por un lado, y Raynald Colom y Albert Bover por el
otro, dos generaciones codo con codo con un único fin,
demostrar que el bebop sigue muy vivo y, que sus posibilidades
no pasan por formar parte de ninguna foto de color amarillento
o de algún baúl de los recuerdos.
Con esta idea sonaron temas de composición propia como
“Turning Point” (Chastang), donde cabe destacar
la frescura, potencia controlada y excelentes sostenidos de
Colom, un trompetista brillante, estético, efectivo
y que modula con cierta facilidad, cuya juventud no supone
un obstáculo, sino un proyecto de realidad presente
y, mejor futuro.
“Missing Miles” (Foster), dedicado a Miles Davis,
fue la balada de la noche, un tema precioso, con Colom al
fliscornio y Bover con un piano delicado, de toque aterciopelado,
mientras Foster gozó con las escobillas en sus finas
caricias a los platillos y parches, según la pauta
marcada por Chastang con serenidad, desparpajo y madurez de
maestro, que le han dado tantos años al frente de innumerables
formaciones a lo largo de tres décadas.
Al Foster, como invitado, merece una mención especial,
y es que es un batería que lleva el ritmo en sus baquetas,
es puro swing, marca el paso sabiendo sacar lo mejor de sus
acompañantes, beneficiando en ocasiones al excelente
pianista Bover o al propio Chastang en otras. Pero lo que
verdaderamente sorprende, es ver, que después de su
dilatadísima carrera aún continua manteniendo
la misma ilusión, la misma fe demostrada en cada gesto
y cada toque, como en el solo, en el que condimentó
con gusto el golpe contundente y el roce sutil, pasando los
palos por encima de los platillos. En “Four Generations”
(Chastang), el propio bajista explicó el título
del tema, con una pregunta, “¿adivináis
porqué?”
Con “Recorda-me” (Joe Henderson) como bis, terminó
un concierto muy profesional que deleitó a todos con
sonoros y largos aplausos.
En definitiva un cuarteto que no son 2 mas 2, (por aquello
de la veteranía y la juventud) sino que son…
4 y… más.