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BILL FRISELL QUINTET
Jazz en la Costa, XIX Edición. 2006

  • Fecha: 17 de julio de 2006.
  • Lugar: Parque el Majuelo. Almuñécar (Granada).
  • Componentes:
    Bill Frisell: guitarra
    Ron Miles: trompeta
    Greg Tardy: saxo tenor, clarinete
    Tony Scherr: contrabajo
    Kenny Wollesen: batería

  • Comentario: Tras el concierto de Oregon el día anterior, que tan buen sabor de boca dejó entre los aficionados, el quinteto de Bill Frisell se mostraba como el plato fuerte de la XIX edición de Jazz en la Costa, y la verdad, no defraudó.

    El concierto fue todo un espectáculo de calidad. El conjunto giró en torno a universos musicales cargados de un nivel de abstracción que podríamos calificar de friseliano, por la tipicidad exclusiva del lenguaje del de Baltimore, apoyándose continuamente en la música popular de su país con una liviandad que, aunque parece atenuar el sonido, en realidad nos mantiene en una atenta atmósfera de semigravedad.

    La entereza y concentración de Frisell contrastaba con el nervio y el sentido rítmico del que gozaba Tony Scherr alrededor de su contrabajo, bailando con él, golpeándolo, tumbándolo, mezclando dedos con arco... Un espectáculo verlo tocar, tanto para la vista como para el oído. Kenny Wollesen, cuyo parecido facial con Woody Allen era notorio desde nuestros asientos, tocaba la totalidad de la batería con una destreza admirable: por arriba, por abajo, los platos al revés, los tornillos, la madera... Estrujando hasta límites insospechados la capacidad tímbrica de su instrumento, mientras Frisell parecía luchar con sus aparatos electrónicos cuando en realidad lo que hacía era grabar una base sobre la cual ponerse a improvisar. Ron Miles y Greg Tardy, situados a la izquierda del escenario, y casi de espaldas al público, formaban un tándem perfecto en la sección de vientos, con un sonido elegante que se enlazaba perfectamente con la ligera guitarra.

    Registros musicales que fueron desde el blues al pop, pasando por infinidad de combinaciones todas de marcado acento norteamericano. Otras veces, la música se aproximó más a unos parámetros jazzísticos, en otras las codas se alargaron hasta transformarse en una música meditativa, que casi convirtió el escenario en un lugar donde se produce una especie de ritual, ya que los músicos prácticamente estaban colocados en círculo como si tocasen para ellos solos. Un concierto que invitó a la concentración, pues en ésta se aprecia la grandeza de la música. Empalmando un tema con otro, pasando por standards populares hasta desembocar en un estiradísimo y celebradísimo “Baba Drame”, composición del músico malinés Boubakar Traore.

    Tras hora y cuarto tocando prácticamente sin parar, el grupo se retiró para volver rápidamente gracias a la ovación del público asistente. De nuevo, ritmos dispares entre la sección de viento y la de cuerdas, empotrados en el engranaje perfecto que sustenta la rítmica de la banda, el bajo de Scherr y la batería de Wollesen. Fue éste un concierto en el que Frisell nos mostró sus diversas facetas guitarrísticas de manera soberbia: los desarrollos suelen basarse en el solo de los vientos mientras Frisell repite un patrón a modo de punto de unión de la melodía general.

    Un segundo bis inesperado, con la gente abandonando sus butacas y teniendo que retornar a sus asientos, volvió a ofrecer otro tema de estructura similar, una música para disfrutarla durante toda la noche.

    Texto © 2006 Diego Ortega Alonso
    Fotos © 2006 Toñi González Gallardo