Comentario: El escenario
se encontraba en penumbra, apenas con una luz mortecina y fantasmal,
como si quisiera hacer un brindis a la noche de difuntos, lo
que propició que Dave Douglas bromeara sobre el asunto.
Pero ni esto, ni los 21 minutos de retraso, restaron motivación
ni ganas a los músicos ni a los aficionados, que en gran
número se acercaron a presenciar el evento.
El concierto comenzó con un tema sin título,
que sirvió de ejemplo para mostrarnos lo que íbamos
a ver y escuchar, que el propio Douglas bautizó como
“Otoño 06”.
Música de sonido potente, demoledor, con una trompeta
enfurecida, que rompía el silencio a base de arrebatos
y un saxo tenor, el de Donny McCaslin, que ni mucho menos
se quedaba atrás, con un toque desgarrador, que parecía
querer romper el saxo a impulsos.
Y tras este comienzo tan arrebatador como impactante, Douglas
tomó la palabra, en un notable castellano, para anunciar
el próximo tema, dedicado a un amigo recientemente
fallecido y que llevaba por título “For Thomas”.
Con este “For Thomas”, Douglas y McCaslin parecían
rendir homenaje a la noche de Halloween con un diálogo
de lamentos enrabietados, en el que Uri Caine era la voz serena,
capaz de poner “cordura” con un solo en el que
acariciaba el teclado con finura.
Acabado el tema, nuevamente Dave Douglas al micro, dedicándole
el siguiente número a la situación política
de EE.UU. y, a las venideras elecciones en este país,
que es el suyo.
Acabado el tema, Douglas regresó al micro para dedicar
el siguiente número a la situación política
en su propio país, EE UU, y a las próximas elecciones
que allí se celebrarán. Casualmente esta nueva
composición acaparó cierta jocosidad e ironía
insinuante por parte de Douglas y McCaslin, a los que Caine,
Genus y Penn apoyaban a ritmo de funk.
Douglas presentó entonces un nuevo tema, “Living
Autumn”, basado en el standard “Autumn Leaves”,
donde él mismo destacó con sus subidas y bajadas
de tono, demostrando sus indudables cualidades técnicas,
a las que supo responder con maestría de “veterano”
Donny McCaslin, con un fraseo seco y entrecortado, en el que
los arpegios salían de la boca de su saxo tenor en
forma de “notas de colores”.
En “Invocación” (del disco Meaning
& Mystery), se vuelven a lucir Dave Douglas y Donny
McCaslin, dando paso y protagonismo al trío, con un
ritmo funk y sincopado, que volvió a provocar
los aplausos del público.
El momento más brillante del concierto se dejó
para el tramo final, con el tema titulado “The Team”,
igualmente incluido en Meaning & Mystery, una
composición con más swing que las precedentes,
en las que Douglas interpreta a trompeta abierta, de manera
arrebatadora y descarada (incluso enrojeció su cara
por el esfuerzo), para poco a poco, ir decreciendo en intensidad
y volumen, dejando el resto de instrumentos mudos, a excepción
del contrabajo de James Genus, con el cual mantuvo un diálogo
fluido de improvisaciones serenas.
La cosa no terminó ahí, y para demostrarlo
tomó el relevo Donny McCaslin, que con un sólo
de velocidad endiablada pareció romper sus pulmones
de saxofonista colosal, mientras Clarence Penn hacía
de sus tambores un torrente inagotable de energía y
Uri Caine alcanzaba su momento estelar con nuevo solo lleno
de virtuosismo y buen gusto.
Con el obligado añadido de un bis terminó un
concierto que fue todo un goce para los que tuvimos el acierto
de acercarnos a celebrar los 25 años del Johnny,
con un quinteto, que, con su música, celebró
la Noche de Difuntos levantando el ánimo a los vivos
y a los muertos, y que supuso todo un éxito para el
XXV Festival de Jazz San Juan Evangelista.