Comentario: El contrabajista
israelí Avishai Cohen se está convirtiendo en
los últimos años en un asiduo del Festival Internacional
de Jazz de Barcelona, primero como miembro del
New Quartet
de Chick Corea, hasta llegar a presentarse de una forma
definitiva con su propio trío. En la presente edición
del Festival de Jazz los aficionados han vuelto a tener la oportunidad
de escuchar al Avishai Cohen Trio, para presentarnos el que
es hasta este mismo momento su última grabación
en compacto:
Continuo.
El concierto ofrecido en la Sala Oriol Martorell sirvió
para poder comprobar algunas de las cualidades que es posible
adivinar en sus grabaciones o en las actuaciones a las que
más de un aficionado haya tenido la posibilidad de
asistir. Avishai Cohen es un músico extraordinariamente
dotado a nivel técnico, con portentosas aportaciones
a nivel solista (en determinadas ocasiones el virtuosismo
se antoja exacerbado y excesivo), con una gran musicalidad
que transfiere no sólo a su instrumento, sino también
a los músicos que le acompañan. Su discurso
musical es claro, directo, rítmico y por momentos contundente.
Con estas premisas los componentes del trío, encabezados
por Cohen, se ciñen a un planteamiento excesivamente
estructurado y efectivo de cara al público, que conlleva
una sensación de poca frescura, con unas ideas excesivamente
parametrizadas, y que va en detrimento del resultado final
del grupo y de la música ejecutada.
La sensación que se pudo percibir en la totalidad
del concierto fue una música pegadiza, envolvente,
pero excesivamente encorsetada. Tan sólo en algún
que otro tema los componentes del trío tuvieron alguna
que otra libertad para poder dar rienda suelta a su caudal
creativo de forma vertiginosa, que por momentos hizo pensar
que habíamos cambiado de concierto por arte de magia.
A pesar de estos esbozos de interpretación creadora,
el trío siguió desenvolviéndose según
las pautas marcas por el líder.
Una faceta a destacar de Avishai Cohen a lo largo del concierto
es la facilidad con la despliega su lado melódico en
la interpretación, ya sea con sus manos o con el arco,
tanto en los solos que desarrolló, como en los momentos
más participativos junto al grupo. Esta faceta melódica,
es una de las grandes bazas interpretativas de Cohen, junto
con la aportación de elementos de la música
folclórica israelí, lo que confirieron algunos
de los momentos más interesantes y bellos de la actuación
del contrabajista y su trío.
© 2006 Juan Carlos Abelenda