Comentario: A Jamie Cullum se le ha presentado como una de las últimas revelaciones en el campo del jazz vocal, aunque es difícil poder catalogarlo como tal, pues en el concierto presentó una serie de temas con procedencia bien distinta, desde el pop, el rock, el hip-hop o el jazz.Cullum demostró una perfecta habilidad a la hora de abordar los diversos temas que interpretó, desde los éxitos más reconocibles del cantante, hasta los standards más clásicos del gran cancionero norteamericano.
A la luz del concierto ofrecido por Cullum se pudo apreciar que el directo es el hábitat natural del cantante inglés, que tiene estudiado y calculado al milímetro, y que exprime hasta el último detalle en favor del espectáculo.Algunos de los temas que interpreta son desplegados de forma idéntica a la de sus CDs, lo que permitió al público el reconocerlos y disfrutarlos desde la primera nota hasta la última, o en su caso participar en los mismos.
El estilo interpretativo de Cullum es intenso tanto en los temas lentos como en los cadenciosos, con una voz desgarradora, sin excesos interpretativos, pero con una perfecta sabiduría a la hora de llevarla a cabo.Su interpretación al piano no pasa de ser correcta y por momentos agresiva, pero totalmente efectiva.
Con todos estos ingredientes, el espectáculo de Jamie Cullum se alargó más allá de las dos horas, con un público totalmente volcado y que permaneció en sus butacas incluso en los bises que ofreció.
En definitiva un gran showman y un gran comunicador que ofreció lo mejor de sí mismo, corriendo, botando y tirándose por el suelo; un cantante con una fuerza extraordinaria, pero con un planteamiento musical muy alejado del jazz.
© 2006, Juan Carlos Abelenda