Comentario: Heterogéneo, diverso, multi-instrumentista y ante todo camaleónico. Con estos adjetivos se podría calificar a Herbie Hancock en su visita al Festival Internacional de Jazz de Barcelona.
Uno de los pianistas más importantes de la historia del jazz, que formó parte del celebérrimo segundo gran quinteto de Miles Davis, se presentó en el 38º Festival Internacional de Jazz de Barcelona para dar a conocer su nuevo proyecto musical Possibilities y para ofrecernos un repaso a algunos de los temas musicales que le han hecho famoso, pero ante todo, para presentarnos ese mundo musical tan variado y disparejo que posee, capaz de mezclar estilos tan diversos como el pop, el funk o el jazz.
Hancock y su grupo nos ofrecieron un concierto en el que se encontraron confortables y a gusto, con una duración de más de dos horas y media, en las que el pianista norteamericano se explayó en la presentación de los temas y de los músicos, llegando incluso en más de una ocasión a bromear con el público.
La velada estuvo repleta de guiños al pasado con memorables versiones de temas conocidos, como fueron “Watermelon man” o “Cantaloupe Island”, o algunos temas provenientes de los grupos electrónicos de los años setenta y ochenta. Asimismo presentó algunas nuevas composiciones de su último trabajo discográfico, y hasta una versión del conocido tema de Stevie Wonder “I Just Call To Say I Love You”. Todos ellos fueron interpretados por una banda superlativa, experimentada y con conocido oficio; desde el ex batería de Frank Zappa, Vinnie Colaiuta (todo un privilegio su presencia), un músico con una pegada poderosa, muy sonoro y extraordinariamente rítmico, pasando por el ex bajista de Eric Clapton y miembro fundador del grupo de fusión Fourplay, que con su voz y su bajo eléctrico sirvió de perfecto acompañante del líder, hasta el virtuosismo del guitarrista africano Lionel Loueke, todo un descubrimiento. Todos ellos fueron capitaneados y dirigidos por Hancock, que ofreció la mejor versión de sí mismo tanto a los teclados eléctricos como al piano tratado, desarrollando su paleta multimusical a la perfección, desde insinuantes improvisaciones cósmico-atmosféricas, a pegadizos momentos de funk y pop, hasta improvisaciones jazzísticas de fuerte calado interpretativo. Todo ello conformó una estupenda velada musical, que dejó al público satisfecho por la actuación, y que cabe mencionar como uno de los mejores conciertos del presente festival.
Si como dice el viejo dicho, “los viejos rockeros nunca mueren”, en este caso se podría decir que “la viejas leyendas nunca desfallecen”.
© 2006 Juan Carlos Abelenda