Comentario: Un agradable regalo otoñal fue el que pudimos contemplar anoche, de la mano de Ari Hoenig Trío. Hoenig no es un baterista convencional, sino un intérprete que utiliza de una forma sofisticada, sin llegar al exceso, todos los recursos que le proporciona el instrumento para construir sus temas y consigue sorprender a un público que sigue atentamente sus evoluciones en el escenario.
Acompañado por el pianista francés Jean-Michel Pilc, de ejecución exquisita, y por el contrabajista germano Johannes Weidenmueller, el grupo interpretó con gran acierto temas como “For Tracy”, “The Painter” o una adaptación de “My Funny Valentine”, de Rodgers y Hart.
Los cambios de ritmo e intensidad marcados por el pianista, seguidos por una fiel respuesta de sus compañeros, hicieron acrecentar la emoción del público, cuyos sentidos viajaron de la calma y la quietud a una embriagadora sonoridad. En este ámbito, el baterista realizó mil y una diabluras con sus baquetas, que le hicieron rozar la genial locura.
El entendimiento y la conjunción entre Hoenig y Pilc es absoluta y ambos comparten varios proyectos musicales en la ciudad de Nueva York, en un estilo que les gusta denominar como “Brooklyn Modern Jazz”. Sin duda, ambos músicos tienen mucho que aportar a la escena del jazz de este siglo y ayer el público vallisoletano tuvo la fortuna de ser testigo de ello.
© 2006