Comentario: Dentro del nutrido y complejo panorama del jazz internacional, es reconfortante saber que aún quedan músicos como Russell Malone. En cada una de sus certeras notas es capaz de transmitir el espíritu vivo de los grandes guitarristas nacidos en la cuna del jazz. Una de las principales características de este músico nacido en Albany (Georgia), paisano de Ray Charles, es su honestidad y claridad de ideas, porque, siendo fiel a sus orígenes, ha sabido recoger el testigo de ilustres como Charlie Christian, Wes Montgomery, Grant Green o George Benson. Si hubiera que establecer una línea evolutiva esta sería la que correspondería a Russell Malone. Como otros músicos de su categoría, ha sintetizado a la perfección el espíritu de cada uno de ellos para llegar a crear su propio estilo. Dentro de los diferentes caminos tomados por la guitarra de jazz, Malone ha querido ser fiel a su propias referencias y con una gran coherencia se ha labrado su propio destino, hasta convertirse con 44 años en uno de los más destacados guitarristas del momento. Con más de seis discos a su nombre e innumerables colaboraciones como acompañante de lujo, Russell Malone se presentó en la Sala de Cámara del bonito auditorio de Castellón (con muy buen sonido) acompañado por una sólida formación: una sección rítmica que a lo largo del concierto dio suficiente juego para que el maestro pudiera lucirse, tanto en sus propias composiciones que fueron la mayoría, como en las adaptaciones.
Desde el principio, Malone se ganó al público, ya que sus primeras palabras fueron "I love this country", con las que quiso agradecer la gran acogida que siempre se le dispensa en nuestro país. De aparente semblante serio, pero con una gran calidez interior, Russell Malone dio sobrados motivos para considerarle como uno de los guitarristas con mayor clase de la actualidad.
Los tres primeros temas del concierto correspondieron a piezas incluidas en el que es hasta el momento su último trabajo, "Live at Jazz Standard vol.1", todas composiciones de Malone, interpretadas por la misma formación que actuó en Castellón. El tema que abrió la noche, "He Said What?", empezó dando la medida de por dónde iba a ir el concierto: mucho swing, alternado con elementos de blues y momentos más melódicos. Comenzó el pianista Martín Bejerano con unas rápidas y medidas notas que enseguida fueron acompañadas con fuerza por el resto de la banda. De repente se impuso la guitarra de Malone, una Gibson L-5, de la que empiezan a expandirse los rápidos y precisos punteos, con algunas referencias a otro de sus ídolos, B.B. King, que hicieron disfrutar a los aficionados. Unos destellos de blues alternando con algunos toques de
bossa nova no faltaron tampoco en esta primera interpretación.
"I Saw You Do It", fue la segunda pieza de la noche y se inició con unos bonitos acordes de Malone en solitario hasta que batería y contrabajo se unieron a la fiesta. Combinando ritmos de blues con ciertos momentos de atonalidad aportados por el pianista, Malone cada vez empezaba a recordarnos más a Wes Montgomery, tanto en la fluidez y en el lirismo, como en el estilo inconfundible del músico de Indianápolis. Para rematar, un gran solo del contrabajista Tassili Bond, puso el broche de oro a la pieza.
La tercera composición de Malone fue el tema "Flirt", que se inició con un alegre riff a tempo lento, marcado por un fondo de batería y piano muy suave, que alternó con algunos elementos diatónicos, en los que el pianista Martín Bejerano dio muestras de su gran trabajo en este grupo. El concierto entraba en una senda más melódica, con la interpretación del "Witchcraft" de Cy Coleman, en la que los punteos precisos de Malone y las buenas maneras de Bejerano y el contrabajista Tassili Bond, fueron desarrollando un tema de corte muy tranquilo con mucho swing. Y a continuación, como no podía faltar, llegó el homenaje al maestro Wes Montgomery, con la interpretación del clásico "Road Song", tocado con mucho respeto y con la misma estructura que el original. Los dedos de Malone se mueven con una rapidez increíble, tanto con púa como sin ella, tal y como hacía Montgomery, no sobra ni falta ninguna nota, todo es precisión y belleza en la música que sale de su guitarra.
Tras esta referencia al guitarrista más grande de los años sesenta, llegó una demostración de calidez y lirismo en una conocida composición de la cantante Carole King, "You've got a friend", y a buena fe que Malone ya había conseguido buenos amigos en Castellón, con este tema interpretado a fuego lento a guitarra sola, que de manera simbiótica se fundió con el resto de la sección rítmica en una afortunada interpretación del tema "Love Dance" de Ivan Lins, con Jonathan Blake a las escobillas, como mandan los cánones. Y tras la calma vino la tempestad, con la banda de nuevo a pleno rendimiento tocando con fuerza en la pieza "Sugar Buzz", compuesta por Russell Malone para su disco "Playground" (2004). Espectaculares alternancias entre el piano y la guitarra, donde se sucedieron algunas citas, como ese guiño a John Coltrane y su "Love Supreme", que se pudo escuchar en algún momento. El tema se remató con un efectivo solo de batería de 5 minutos, que dio paso a un apoteósico final, que volvió a hacer las delicias del respetable.
Para rematar la noche y terminar de alegrar la cara de los aficionados, otra composición de Russell Malone, "Mugshot", del disco "Sweet Georgia Peach" (1998), que comenzó con un riff repetido y marcado por ritmos de piano-batería y acompañamiento de guitarra. De nuevo ésta protagoniza todo el tema, con sinuosas notas y seguida por buenas intervenciones del resto de los músicos, en las que de nuevo encontramos referencias de los maestros. Un honor que sin duda también merece Russell Malone, que volvió a demostrar sus virtudes no sólo como guitarrista sino también como compositor, arreglista y líder de banda. Este heredero de Wes Montgomery seguirá dando mucho que hablar en su empeño por mantener vivo el legado de los grandes guitarristas de la historia del jazz. Para ello se vale de unos elementos que sólo están al alcance de las personas de talento: virtuosismo, elegancia y una extraordinaria habilidad para hacer disfrutar con su música.
