Comentario: Itxaso es una
de esas artistas que uno no sabe muy bien donde están
metidas la mayor parte del tiempo. En 2001 grabó su primer
CD,
New Land–Lur Berria, para Fresh Sound World
Jazz, con Dani Pérez y Gorka Benítez, y recientemente
ha vuelto a grabar como componente del noneto de Iñaki
Salvador en
Faro, pero, aparte de algunas actuaciones
esporádicas, no se ha prodigado en exceso.
Sus actuaciones junto al denominado para la ocasión "Pera
Yhojaldre trío", suponen el regreso a los escenarios
como líder de una cantante tremendamente personal que
no acaba de cuajar en un mercado tan árido como el de
nuestro país.
Este trío de nombre exótico esta formado por el
joven y prometedor pianista Jonathan Hurtado, el explosivo batería
Hasier Oleaga y el veterano Carlos "Tato" Gracia.
Los tres acompañaron a Itxaso en una velada que prometía
mas de lo que dio y que, sin ser decepcionante, resultó
un tanto descorazonadora.
Una cantante como Itxaso debería tener un lugar mas destacado
en el panorama jazzístico nacional, y lo que podría
haber sido un regreso con nuevas propuestas, nueva banda e incluso
un directo enfocado a un deseable proyecto de grabación,
se convirtió en una colección de standards interpretados
de forma relativamente convencional y algunos temas recuperados
de su CD que, para bien o para mal, llevan casi una década
en su repertorio.
El concierto comenzó con un "They Can’t Take
That Away From Me" en el que Itxaso presentó su
personalidad vocal, arrastrando las notas y mostrando timbres
inusuales en cantantes al uso. Hasier Oleaga calentó
desde este primer tema el ambiente, dando cuenta de su capacidad
para intensificar pasajes con naturalidad sin desvirtuar al
conjunto ni al solista.
El segundo tema, "Haurrak Haunditzen Doaz", original
de Jabier Muguruza que la cantante ya grabara en su CD de 2001
y, más recientemente, en el mencionado
Faro de
Iñaki Salvador, no despertó la emoción
que debiera más por rutinario que por falta de entrega.
En "No More Blues", Jonathan Hurtado se liberó
con un solo al Rhodes repleto de swing y mostró claramente
la sintonía que le une a Oleaga, producto de mucho tiempo
colaborando en varios proyectos.
Después, "Every Time We Say Goodbye", cantado
de forma muy personal, un "Nature Boy" rearmonizado
y, tras una excelente intro de piano, una versión de
"My Favorite Things" en la que Itxaso estuvo genial,
estirando notas y con el blues revoloteando durante todo el
popular tema.
El blues precisamente volvió a aparecer en "God
Bless The Child", con un toque soul y la pareja Hurtado-Oleaga
calentando las cosas una vez mas y tras esto, el momento más
espectacular del concierto: "Cherokee Louise", original
de Joni Mitchell, también grabado por Itxaso en su CD,
que fue interpretada con intensidad y convicción por
el grupo, y con sobrecogedora emoción por la líder,
dejando espacios para que la música respirara en los
que Hurtado invocó su raíz europea.
Tras este momentazo, "Benino Edo Benito", otro tema
de Muguruza fijo en el repertorio de Itxaso, en el que Hasier
Oleaga hizo que todos le claváramos ojos y orejas durante
sus intervenciones. No me cansaré de repetirlo, mucho
ojo a este chaval.
Con la cosa acabando ya, nos sorprendió "The Peacocks",
tema relativamente poco habitual (más aun para una cantante),
y un tema de Djavan en el que Hurtado, nuevamente al Rhodes,
estuvo improvisando inspirado y relajado.
Para terminar, un "Polka Dots and Moonbeams" de aires
evansianos y una sensación agradable pero ligeramente
frustrante. Itxaso tiene una fantástica voz y un carácter
especial para ocupar un lugar importante en el jazz que vivimos,
pero quizá deba avanzar, dejar algunas cosas atrás
y desarrollar un proyecto personal, diferente y característico
que le dé la proyección que su voz merece.