Comentario: Hace poco más
de dos años desde que Martirio se quitara sus características
gafas en el escenario, tras interpretar "Ojos verdes",
para mostrar sus bellos ojos al público vallisoletano.
Entonces presentaba junto al pianista Chano Domínguez
su trabajo
Acoplados. En esta ocasión el hilo
conductor de la primera parte de la actuación de la cantante
onubense fue
Primavera en Nueva York, disco producido
por Nat Chediak en 2006 en dicha ciudad. La disposición
de los temas en el concierto seguían la trama argumental
de las historias de enamorados, desde el inicial flechazo y
los encuentros furtivos en pleno esplendor de la relación,
hasta llegar al momento fatal en el que se pretende cambiar
a la persona amada, el hastío, y la ruptura. Con boleros
de los años 40, como "Ese sentimiento que se llama
amor" de José Antonio Méndez, "No puedo
callar" de Mercedes Fernández y que interpretara
el genial Beny Moré o "Qué me importa"
del compositor Mario Fernández Porta, dio comienzo la
actuación de Martirio, que paralelamente a su desarrollo
iba contando al público, con su particular ironía,
la historia de la mujer que completa el ciclo del amor al desamor.
Con unos cuidadosos arreglos de los temas, en el escenario la
artista estaba arropada por el pianista gaditano Jesús
Lavilla, a la batería el barcelonés David Xirgu,
mientras que al contrabajo el argentino Horacio Fumero ponía
el primero de los momentos emocionantes de la noche al acompañar
a Martirio en "Si te contara". El trío se veía
reforzado en alguno de los temas con una muy buena sección
de vientos, Miguel Villar, al saxofón, aportando la calidez
a "Alma libre", tema de Juan Bruno Terraza, mientras
que el trompetista californiano Matthew Simon, ponía
todo su sentimiento en "Y entonces", compuesto por
la puertorriqueña Silvia Rexach, mujer comprometida con
la causa femenina y que falleció a los 40 años
de edad.
Martirio brilló con luz propia toda la noche, interpretando
con su gran voz los temas de Primavera en Nueva York al
estilo de bolero feeling, surgido éste del
acercamiento de la música cubana al jazz.
Una vez repasadas todas las canciones del disco, Martirio
regaló al público una colección de temas
de La Copla, que tan genialmente domina, adaptados al estilo
libre del jazz. "Torre de arena", la historia de
"Pepe Mora" y "Doña Aurora" en
el tema "Dicen", "La bien pagá"
y "Ojos verdes" hicieron que las personas que acudieron
a la Casa de las Artes de Laguna de Duero despidieran a Martirio
con aplausos y puestos en pie.