NEW ORLEANS PARADE
XII Ciclo de Jazz Fundación Barrié
- Fecha: 14 de abril de 2007.
- Lugar: Palacio de la Ópera, La Coruña.
- Componentes:
Wendell Brunious: trompeta
Lillian Boutté: voz
Nicholas Payton: trompeta
Lester Caliste: trombón
Orange Nelly: clarinete
Steve Pistorious: piano
Richard Morten: contrabajo
Frank Oxley: batería
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Comentario:
Homenaje a la cuna
Nueva Orleáns ha sobrevivido a los embates de la sabia naturaleza -y a la ineptitud de políticos como el señor Bush, hijo- para preservar la semilla original de un tesoro que denominamos jazz, padre de una revolución musical iniciada en los albores del siglo pasado y vigente hoy día en las más variopintas tendencias. Si la magnífica cantante Lillian Boutté es por derecho la embajadora musical de aquella mítica localidad de Luisiana, todos los acompañantes que desfilaron el pasado sábado por el escenario del Palacio de la Ópera merecen también esta distinción. En sus manos cobraron vida el ragtime, el dixieland y la fanfarria de las marching bands como si fuesen géneros de nuestros días. Para un mayor deleite del público, la concepción del espectáculo resultó ligera y muy bien compensada, dejando de lado las demostraciones banales de virtuosismo y administrando la participación de los artistas invitados en un equilibrio que favoreció al conjunto. Wendell Brunious ejerció de maestro de ceremonias y nos regaló algunos bellos solos con sordina. Grande, muy grande, fue también la participación de Payton en Stardust, en la que adaptó su impecable sonido al espíritu bohemio, melancólico y un tanto burlón de Hoagy Carmichael, quien también se codeó en su época con Armstrong y Oliver. La sorpresa más agradable fue la presencia de un bailarín de claqué, ilustrando con la plasticidad de sus movimientos y su sentido del ritmo el aura de aquellos tiempos pretéritos y entrañables. Fue sin duda un momento de elegancia, diversión y buen gusto, características que también pueden definir la labor del contrabajista Richard Morten, al que no le hubiesen sobrado un par de solos más para redondear el concierto. La voz de Boutté apareció para cerrar la velada de una forma sencilla y diáfana -pues en su arte no caben artificios-. Como no podía ser de otra manera para un “Parade”, la banda salió de desfile por el escenario al ritmo de When The Saints Go Marching In.
© 2007, Quinito L. Mourelle
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