Comentario:
LAS NOVEDADES DE LA TERCERA EDICIÓN
Comenzamos el repaso a la tercera edición
de Imaxinasons (Festival Internacional de Jazz de Vigo) señalando
dos cambios con respecto a las ediciones anteriores que sólo
se pueden calificar como de grandes aciertos. Por una parte,
el festival ha reducido su duración, concentrando su
programación principal en dos fines de semana. También
se ha trasladado el escenario de los conciertos al aire libre
a la Plaza del Rey: por un lado se evita el botellón
de la Plaza de la Estrella y por otro supone una mayor comodidad
para los aficionados, ya que esta localización se encuentra
en el exterior del auditorio municipal.
También hay que señalar dos logros
en su haber: en primer lugar la asistencia a los conciertos
ha sido superior a la de años anteriores; en segundo
lugar, el festival está logrando hacerse con un público
que podríamos denominar como propio, que es fundamental
para su continuidad. Este es un público que acude a la
llamada de Imaxinasons consciente de que aunque quizás
lo que se le ofrezca no sea muy conocido o popular, el mero
hecho de participar en este festival presupone calidad.
En lo musical no presenta cambios: este festival
continúa trabajando bajo su orientación inicial,
ofreciendo propuestas de jazz europeo, sin olvidar incluir entre
ellas proyectos realizados en España y Galicia.
HENRI TEXIER STRADA SEXTET
El segundo fin de semana de la edición
de 2007 se inició el jueves con el concierto del Henri
Texier Strada Sextet en el auditorio municipal. El contrabajista
francés es un músico veterano que en los últimos
años se encuentra en el momento más dulce de su
carrera. Proyectos como Azur Quintet, su trío con Louis
Sclavis y Aldo Romano o el propio Strada Sextet son buena muestra
de ello.
El repertorio del concierto estuvo extraído
principalmente de la última grabación del Strada
Sextet Alert À L’Eau/Water Alert (Label
Blue, 2007), aunque también hubo lugar para temas de
la banda sonora de la película de Bertrand Tavernier
Holy Lola (Label Blue, 2004), el clásico "Sacrifice"
o "The Clown", composición del saxo barítono
François Courneloup.
El concierto de Vigo sirvió para demostrar
la gran capacidad de Texier para construir unas melodías
fácilmente reconocibles en las que incluye una gran variedad
de elementos folclóricos y populares. El músico
francés demostró su habilidad para arreglar esas
composiciones y exponerlas en distintas combinaciones que variaron
entre el sexteto y el dúo. Uno de los aspectos más
destacables de este proyecto, que quedó realzado en directo,
es la facilidad para realizar la transición entre estas
distintas formaciones, que hace que la música fluya con
una gran naturalidad. Finalmente, hay que señalar la
gran capacidad de su grupo para afrontar ese repertorio: resultaron
muy brillantes tanto en los solos (destacando los Texier, padre
e hijo) como en su trabajo conjunto. El resultado final fue
un concierto que dejó a un público entusiasmado,
que obligó con sus aplausos a saludar varias veces a
los músicos y a un más que merecido bis.
Este tema final fue uno de los puntos álgidos
de la noche: tras exponer la melodía con el contrabajo,
se fueron uniendo sucesivamente el batería, el clarinete,
la guitarra eléctrica, el saxo barítono y el trombón
para finalizar todo el sexteto un fino trabajo de orfebrería
musical, aparentemente sencillo, en el que no hizo falta que
ninguno de sus integrantes ejecutase solo alguno para demostrar
su maestría.
ONJ
El segundo concierto de la noche del jueves
fue gratuito y al aire libre. El público presente ocupó
las 500 sillas disponibles y obligó a una parte de la
concurrencia a permanecer en pie para seguir la propuesta de
la ONJ (Orquesta Nacional de Jazz de Francia). Dirigida por
el percusionista Frank Tortillier, este grupo realiza en su
grabación Tribute To Led Zeppelin – Close To
Heaven (Le Chant Du Monde, 2005) una aproximación
a la música de Led Zeppelin en la que fusionan el hard-rock
con el jazz. Su propuesta, por medio de los arreglos de
su líder, sabe permanecer equidistante entre los temas
originales y el sonido de una big-band. A este difícil
equilibrio contribuye una formación nada habitual en
la que se incluyen cuatro vientos (trompeta, saxos, tuba y trombón),
cuatro percusionistas (dos marimbas, una de ellas tocada por
el director del grupo, más batería y percusión)
más contrabajo y teclados/samplers. Así
sonaron clásicos como "Black Dog" (con la que
comenzaron el concierto, tras el breve aperitivo con el tema
propio "Beware The Black Dog"), "The Rain Song",
"Dazed And Confused", "Kashmir" o una larga
"Stairway To Heaven". En directo sus interpretaciones
adquirieron unos matices que hicieron que el resultado fuese
bastante más brillante que logrado en la citada grabación.
ATONALLY YOURS
El guitarrista valenciano Daniel Flors recibió
en 2005 el encargo del Instituto Valenciano de la Música
para grabar y presentar su proyecto Atonally Yours en
el festival Xàbia Jazz (Jávea, Valencia). Aunque
esta obra se mueve en el ámbito de la fusión y
el rock progresivo, sin dejar de mirar al guitarrista Pat Metheny,
su gran acierto es la incorporación de elementos procedentes
de la música contemporánea o incluso del free
jazz. A ello contribuyen los detalles (por medio de unas
composiciones y arreglos muy logrados de Flors) que aportan
elementos tan poco habituales en este tipo de propuestas como
son una sección de cuerda (con dos violines, viola y
violonchelo) y un arpa.
En el concierto que abrió en el auditorio
municipal la sesión del viernes, los detalles fueron
justamente los grandes ausentes. Con una sonorización
nefasta, realizada para colmo por el propio técnico del
grupo, el sonido del bajo y la batería devoraron literalmente
al del resto de los instrumentos. El saxofonista Jesús
Santandreu, a pesar de su potencia, sonó en la lejanía.
Daniel Flors pudo demostrar sus habilidades a la guitarra en
los espacios en que el contrabajo dejaba, literalmente, de sonar.
El piano apenas se oyó. La arpista pudo mostrar el sonido
de su instrumento (a pesar de los problemas con la afinación)
en los momentos en que la dejaron en solitario. Algo similar
ocurrió con la sección de cuerda. Salvo en un
tema en que estos cuatro músicos interpretaron una pieza
cercana a la música clásica contemporánea,
en el resto del concierto sólo se pudieron ver –que
no escuchar– sus evoluciones. Una lástima de concierto
y una oportunidad desaprovechada. A pesar de ser una propuesta
nacional no es nada fácil que los festivales se animen
con una formación tan numerosa y con tal complejidad.
GILAD ATZMON & THE ORIENT HOUSE ENSEMBLE
El concierto al aire libre del viernes presentó
al saxofonista israelí pro palestino y auto exiliado
en el Reino Unido Gilad Atzmon, acompañado por The Orient
House Ensemble. En esta formación incorpora a su saxo
además de piano, contrabajo y batería, a un violinista,
un acordeonista y a un cantante y oudista árabe.
El concierto sirvió para fusionar con
acierto melodías de influencia mediterránea en
su parte más oriental (Palestina e Israel), con sonidos
clásicos del jazz. Aderezando su precioso sonido al saxo
de clara ascendencia bop, el Atzmon incorporó
en algunos temas un delay que le permitió jugar con su
propio sonido. Su carácter reivindicativo se dejó
notar con temas de Musik / re-arranging the 20th Century
(Enja, 2004) como "Liberating The American People".
Tampoco faltaron versiones de clásicos ("Mack The
Knife") o citas a temas aparentemente tan dispares como
"A Love Supreme" de Coltrane o "Salt Peanuts"
de Dizzy Gillespie (poniendo el punto final al tema que finalizó
el concierto como paso previo a un más que merecido bis).
Tampoco se olvidó de sus proclamas políticas en
forma de dedicatoria a las víctimas palestinas en Jenin
o al pueblo de Irak y su derecho a no ser liberados por potencias
extranjeras. Más allá de las citas, lo político
y las reivindicaciones, el resultado fue un gran concierto y
la demostración de que la fusión en la música,
por fortuna, va mucho más allá que en la política.
SIR CHARLES + 4: DE AQUÍ
Históricamente hablando, el intento
de trabajar con el jazz y la música clásica, viene
ya de lejos con movimientos como el de la Tercera Corriente,
surgido en la década de los cincuenta. Éste es
precisamente el objetivo del nuevo proyecto del batería
Sir Charles, encargado de abrir la doble sesión del sábado
noche en el auditorio municipal. Sin embargo, este proyecto
presenta dos características que lo distinguen de los
pertenecientes a esta corriente. Por un lado, su repertorio
proviene exclusivamente de músicos españoles.
Entre sus autores se incluyen figuras de la música clásica
más o menos populares como Albéniz, Turina,
Granados o Arriaga, junto a otras contemporáneas como
Tomás Marco. Por otra parte, la formación resulta
cuando menos inusual: a falta de piano, a la batería,
contrabajo, trompeta y saxos, se une un instrumento tan poco
habitual en el jazz como es el fiscorno bajo.
El resultado del concierto resultó muy
brillante tanto en la ejecución conjunta de los arreglos
como en los solos. En este último aspecto destacaron
el saxofonista Marcelo Peralta, el líder de la formación
con su toque clásico a la batería y Antonio Martí
al fiscorno bajo. Un músico que pese al exotismo de su
instrumento estuvo en el mismo nivel de protagonismo que el
resto de sus compañeros en los vientos. En cuanto al
arreglo de los temas, realizados por Pablo Múzquiz, con
la colaboración de la fundación Ebbe Traberg,
el resultado fue más dispar. Mientras que en algunos
casos los temas parecían escritos ex profeso para esta
formación, en otros no pudieron despegarse en sus formas
de su origen clásico. No obstante y a pesar de ello el
concierto dejó un magnífico sabor de boca, a lo
que contribuyó sin duda el bis en el que interpretaron
una bellísima "Balada" del compositor Tomás
Marco, de aroma contemporáneo.
PINO MINAFRA & SUD ENSEMBLE
Debido a la lluvia, el fin de fiesta del sábado
tuvo lugar bajo techo en el auditorio municipal, en vez de al
aire libre que era como inicialmente se había programado.
El veterano trompetista italiano (fundador de la Italian Instabile
Orchestra) sabe trabajar como pocos con el jazz y las músicas
populares de procedencia italiana. Además de un buen
músico, compositor y líder, en escena es un showman
que lo mismo toca la trompeta que se encarga de recitar
melodías ininteligibles megáfono en mano.
El concierto se inició del mismo modo
que lo hace Terronia (Enja, 2005), su última
obra. Al recitado en castellano de las estrofas de carácter
reivindicativo que ponen punto final al Canto General de Pablo
Neruda sobre un colchón sonoro proporcionado por el pianista
Livio Minafra, le siguió una sencilla melodía
de corte ayleriano, que hizo que para muchos de los
asistentes el espíritu de Ayler sobrevolase el escenario
y gritásemos internamente "¡Ayler vive!"
Ese espíritu libre continuó con parte de los temas
incluidos en la citada grabación, entre los que interpretaron
"Mediterraneo" y "Terronia" (expuestos en
forma de una larga suite) o "Maccaroni". También
hubo tiempo para disfrutar con su maestría con un "Tango"
que sirvió como homenaje a Fellini o un bonito tema dedicado
a Pinocho. Todos ellos sirvieron de excusa para un concierto
festivo, alegre, popular y también reivindicativo, en
el que pudimos disfrutar con unos músicos más
que notables. Entre ellos destacaron el líder del grupo,
su hijo Livio (un jovencísimo pianista que lo mismo trabaja
con un jazz de corte más clásico, que trae a la
memoria a Cecil Taylor) y el batería y percusionista
Vincenzo Mazzone. Este es un músico de aspecto circunspecto
que en el escenario es todo un espectáculo. Su cita a
Gene Krupa en el mítico "Sing, Sing, Sing"
de Benny Goodman de 1938 en el Carnegie Hall fue sencillamente
antológica. La ovación final, con todo el auditorio
puesto en pie y las luces encendidas, fue de las mayores que
uno recuerda de sus tres visitas a Imaxinasons.