Larga es la trayectoria de Miguel Ángel
Chastang, desde los ya lejanos ochenta, por tanto no hablamos
de un recién llegado ni mucho menos. Esta experiencia
acumulada durante todos estos años le ha servido para
obtener aplomo y madurez suficiente como para desarrollar una
labor de enorme profesionalidad.
Esta profesionalidad se plasma desde los primeros instantes
del concierto, que se abre con una dedicatoria a Jean Luc
Vallé. Tema de sonido coltraniano, destacando el solo
de saxo tenor de Martí Serra, para posteriormente dar
paso a un "ménage à trois",
en el que Daniel García, Albert Bover y el propio Chastang
mantuvieron una suerte percusiva, con golpeo incluido de la
panza del contrabajo a cargo de este último.
Todo esto no hace sino redundar aun más en lo ya argumentado:
este es un cuarteto de profesionalidad sólida, excelente
conjunción y empaste, seriedad y sobriedad, donde lo
que prima es el grupo por encima de las individualidades.
No obstante esto no es óbice para que existan momentos
para la improvisación individual, donde Chastang muestra
sus dotes de depurada técnica, sensibilidad y versatilidad
sin cargar a los aficionados con complejidades gratuitas.
Con "Blue in Green" de Miles Davis, se alcanza el
momento más turbador de la noche, interpretada a dúo
por el piano de Bover y, el contrabajo de Chastang, llegamos
a sentir todo el
feeling que fueron capaces de transmitir.
Bover –mejor pianista 2002 para la Asociación
de Músicos de Jazz y Música Moderna de Cataluña
– se mostró como un pianista delicado, sensible,
claro y preciso o contundente según requiriese la ocasión,
midiendo y jugando con los silencios y el tiempo, al que no
fue ajeno Daniel García que mantuvo al grupo sólido,
en una labor de enganche que no parecía estar presente,
pero cuya ausencia se habría echado de menos.
Martí Serra –premiado en 2004 por la Asociación
de Músicos de Jazz y Música Moderna de Cataluña–
mostró sus dotes para el dominio del soprano o el tenor
con igual destreza y dominio a lo largo de todos los temas,
aportando colorido y seriedad.
Con un tema más, que sirvió para la presentación
y despedida del cuarteto, finalizó el concierto, dejando
al público un estado de ánimo sereno y relajado,
sólo roto por los aplausos finales en señal
de reconocimiento y aprobación.
© 2007