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KENNY BARRON TRIO
IV Festival Internacional de Peñíscola
- Fecha: Viernes, 6 de julio de 2007.
- Hora: 23:00.
- Lugar: Palau de Congressos (Peñíscola,
Castellón).
- Componentes:
Kenny Barron, piano.
Kiyoshi Kitagawa, contrabajo.
Francisco Mela, batería.
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Comentario: No es casualidad
que un pianista como Kenny Barron fuera requerido en su momento
por músicos de la talla de Dizzy Gillespie, Yusef Lateef,
Lee Morgan o Stan Getz. Su capacidad de aprendizaje y adaptación
como acompañante le granjeó la suficiente autoridad
como para iniciar su propia carrera liderando diferentes formaciones,
entre las que destaca sobremanera la de trío. Desde los
años ochenta Barron se ha labrado un merecido prestigio
como garante de una determinada manera de entender la tradición,
salpicada de elementos más modernos. Para ello trabajó
especialmente en aspectos como la sonoridad, un cierto refinamiento
armónico y otras fórmulas rítmicas inexploradas.
Todo ello desde un profundo conocimiento de la tradición
del jazz, como demostró en el concierto que sirvió
para abrir la cuarta edición del Festival de Jazz de
Peñíscola. Y es que una vez más, Barron
no defraudó. A lo largo de las casi dos horas que duró
su actuación, volvió a dejar patente su capacidad
para crear ambientes en los que se puede apreciar la amplia
paleta sonora con la que es capaz de pintar sus notas el músico
de Filadelfia.
Desde el principio, Kenny Barron evidenció
con el standard "Sofly, As In A Morning Sunrise",
la tónica que llevaría el concierto, con comienzos
suaves a piano, cuidando la melodía, intercalados con
sustanciosos diálogos con el contrabajo y la batería.
Una recreación del clásico de Monk, "Well
You Needn't", sirvió para establecer nuevos duetos,
en los que Barron marcó el tempo del tema, con diversos
cambios de ritmo, dejando espacio para que sus acompañantes
pudieran lucirse. En este sentido merecen un capítulo
especial el japonés Kitagawa, sobrio y siempre en su
sitio, acompañando en todo momento al jefe, y Francisco
Mela, batería cubano residente en Nueva York, requerido
ya por figuras del jazz de postín, caso de Joe Lovano,
con quien también mantiene un trío. Mela aporta
su indudable técnica y capacidad para acentuar las
líneas melódicas de Barron, bien sea con las
escobillas o las baquetas, cualquier elemento es válido
para ello. Fino con los platillos y delicado con las cajas,
el percusionista cubano da prueba en cada concierto de sus
sobrados recursos. Tanto en los momentos más electrizantes
como en los más líricos, como en el standard
"The Very Thought Of You", Kenny Barron se
muestra elegante, a veces romántico, siempre manteniendo
la tensión, aspectos cultivados por pianistas que le
han dejado una honda huella, como Tommy Flanagan o Hank Jones.
Llegado el ecuador del concierto, Barron hizo un guiño
a una de sus grandes pasiones: la música brasileña.
Y como muestra basta un botón, acometió los
conocidos acordes del viejo clásico de Luis Bonfá,
"Black Orpheus", en el que no había nada
más que dejarse ir para disfrutar de la limpieza de
las notas, sinuosas, donde se marca elegantemente el tempo
de la pieza. La culminación vino de los dedos
de un gran solo de Kitagawa, que demostró de nuevo
sus grandes dotes como contrabajista. Este músico de
Osaka fue un descubrimiento del propio Barron en una de las
muchas master-classes que ha impartido.
Dos nuevos standards fundidos
volvieron a mostrar los caminos por los que suele transitar
este pianista que aunque a veces pueda parecer excesivamente
clásico, es capaz de revestir las canciones y dar rienda
suelta a la improvisación. En cuestión de segundos
puede pasar de la tempestad a la calma. Barron destila mucha
lírica y poesía en su música, aunque
también tuvo momentos más festivos, como los
que demostró en el tema "Calypso", donde
tanto Barron como Francisco Mela encararon ritmos percusivos.
Aires caribeños, para terminar animando la noche. El
batería comenzó un solo muy original, sin estridencias,
ni fáciles golpeteos excesivos, y todos los músicos
afrontaron el final del tema en plena improvisación.
Como regalo, una pieza corta con el trío desarrollando
su música a su máxima potencia y encarando un
final apoteósico. Para Kenny Barron el jazz no tiene
secretos, porque ya se encarga él de desvelárselos
a quienes tiene la ocasión de acudir a sus conciertos.
Es un músico de raza y como tal lleva el jazz en la
sangre. Buen comienzo para una nueva edición del Festival
de Jazz de Peñíscola, que continúa consolidándose
como una de las citas obligadas en los veranos de Castellón.
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