Comentario: Tras el arranque dominical con el picnic de Nueva Orleáns en las campas de Armentia, la 31ª edición del Festival de Jazz de Vitoria dedicó el lunes a propuestas relacionadas con músicos del País Vasco.
Shap fue el grupo encargado de abrir la jornada en el teatro Principal. Grupo formado por la preciosa Sarah Rope a la voz, Paul Chafer al piano y el vitoriano Ángel Celada a la batería, en el concierto del Principal contaron con el apoyo de los guitarristas Jordi Bonell y Óscar Ureña más el bajista Iñigo Goldaracena. Su repertorio, formado por temas propios, se movió por los dominios de un pop-soul en el que predominaron los medios tiempos y las baladas. La voz de Sarah Rope fue el centro del concierto, de tal modo que sus compañeros apenas tuvieron lugar para realizar solo alguno. Los momentos más interesantes llegaron en los bises, en los que la cantante estuvo acompañada solamente por el piano y el batería. En el primero de ellos interpretó una preciosa versión del "I Shall Be Released" de Bob Dylan: una demostración más de que el de Duluth es uno de los mejores compositores de la historia del pop. En el segundo de ellos afrontó un "Route 66" bluesero, en el que Paul Chafer tuvo la ocasión de lucirse con un efectista solo de piano. El recital resultó amable y agradó al público, pero no tuvo nada que ver con el jazz, por muy amplia que pueda ser la definición que apliquemos a este término.
Lo de Mendizorroza fue distinto, muy distinto. Una de las principales novedades de este año tiene por título Konexioa. Esta propuesta consiste en reunir sobre el escenario a músicos vascos con músicos norteamericanos. Los elegidos para esta primera ocasión fueron el cuarteto del batería Hasier Oleaga, los hermanos de Diego y el cantautor Ruper Ordorika.
A pesar de contar con los mismos componentes, el cuarteto de Hasier Oleaga (con "Pintxo" Villar, Mingot y Balcázar) no tuvo nada que ver, estilísticamente hablando, con su grupo The Heckler. Acompañados por Donald Harrison (saxo alto), Terrell Staford (trompeta) y Wycliffe Gordon (trombón), realizaron un concierto de apenas una hora en el que repasaron unos cuantos clásicos del jazz en clave hard-bop: "Au Privave" (de Charlie Parker), "Along Came Betty" (Benny Golson), "I Remember April" o "Rhythm'A'Ning" (Thelonious Monk). A este repertorio se añadieron tres breves baladas (aunque inicialmente se anunciaron cuatro) en cuarteto interpretadas sucesivamente por Stafford, Gordon y Villar más la sección rítmica.
Los músicos locales estuvieron al nivel requerido por sus compañeros norteamericanos, unos veteranos de reconocido prestigio dentro del jazz. Oleaga demostró por qué a pesar de su juventud es uno de los baterías más requerido por músicos ya establecidos como Gonzalo Tejada, Mikel Andueza o Iñaki Salvador. Villar demostró con su bonito tono al tenor y sus improvisaciones por qué es uno de los músicos nacionales jóvenes con mayor proyección. Mingot apenas tuvo espacio para improvisar, aunque en la versión de Monk demostró sus magníficas formas a la guitarra. Balcázar también estuvo soberbio. Entre los norteamericanos destacó el trombonista Wycliffe Gordon, con unos solos a gran nivel. Su utilización del plunger con la sordina pixie en la versión en cuarteto de "In A Sentimental Mood" fue uno de los puntos álgidos de la noche. Terell Stafford también estuvo muy brillante, demostrando su gran dominio de la trompeta. El resultado final fue un concierto muy entretenido, con unos magníficos solos y un grupo que sonó muy compacto. A pesar de ello, unos cuantos asistentes echamos en falta en el repertorio algunos temas de The Heckler, que sin duda habrían adquirido nuevos matices interpretados en formato de septeto con tres invitados de tanta categoría.
Los hermanos de Diego, Víctor y Juan, estuvieron acompañados por la rítmica compuesta por Eric Reed (piano), Ben Wolfe (contrabajo) y Carl Allen (batería). El repertorio que interpretaron estuvo formado por temas de los De Diego ("Vámonos", "Amaia", "Un gorrontxo en el Rabal") y standards ("It Could Happen To You", "Anthropology", "Old Folks"). Tras el magnífico sabor de boca dejado por el concierto anterior, éste no comenzó de la mejor manera posible, ni mucho menos. En los tres primeros temas dio la impresión de que la rítmica y los vientos caminasen con cierta falta de coordinación. Por fortuna y a partir de la brillante versión del tema de Charlie Parker, mediado el concierto, la química musical se hizo presente y pudimos disfrutar de un buen concierto. Víctor de Diego y Eric Reed fueron quienes destacaron entre sus compañeros.
El encargado de cerrar la primera jornada de Mendizorroza de un modo casi testimonial y con una propuesta totalmente alejada del jazz fue Ruper Ordorika, quien cantó acompañándose con su guitarra acústica. En los tres temas que interpretó una parte de los músicos que habían participado en los dos conciertos anteriores proporcionaron al cantautor un acompañamiento sencillo pero efectivo, que sirvió para añadir brillo a sus canciones. Terell Stafford fue el encargado de acompañarle en el primero de ellos. En el siguiente se unieron Wycliffe Gordon, Donald Harrison, Alejandro Mingot, Juan Pablo Balcázar y Hasier Oleaga. En el tercero y último al septeto anterior se unieron los hermanos de Diego. Los tres temas interpretados dejaron al público asistente con ganas de más, aunque a pesar de su insistencia, este fue el final de la velada.
La primera jornada en Mendizorroza fue un magnífico estreno para Konexioa. A la vista del magnífico resultado artístico obtenido, tendría sentido repetir esta propuesta en próximas ediciones del festival.