Comentario: Extraordinario concierto el protagonizado por uno de los músicos más afamados y reconocidos del panorama jazzístico europeo. Enrico Rava no se prodiga en visitas por nuestro país, es por ello que se hace obligatoria la asistencia a los pocos conciertos que suele llevar a cabo (en tierras catalanas su última aparición data aproximadamente de hace siete u ocho años). El presente recital ha servido como presentación de su más reciente trabajo The Words and The Days (ECM, 2007), en el que iba acompañado por la misma sección rítmica que aparece en el dicho trabajo.
A pesar de sus dilatadas ausencias de nuestros escenarios es posible afirmar que el tiempo, como ocurre con el buen vino, confiere mejores propiedades a los músicos ya excelentes. Este concierto permitió comprobar la extraordinaria personalidad musical de Enrico Rava desde diversos puntos de vista, como la interpretativa, donde la influencia de Miles Davis y Chet Baker se puede apreciar de forma clara en la elegancia y en el particular uso de la melodía de los diversos temas desarrollados, desde temas clásicos como "Nature boy" y "Time after time", a los propios de Rava como "The Words and the days", "Echoes of Duke" y "Serpent". A este respecto cabe destacar el excelso compositor que es el trompetista italiano, especialmente en el tema "Happiness is to win a big prize" (composición que escribió de forma expresa para la ceremonia de entrega del Jazzpar Prize de 2002). Fue en este tema donde se pudo comprobar la firmeza del quinteto que lidera Rava, y donde cada músico aprovechó sus instantes de lucimiento tanto en los momentos que actuaron como solistas o como parte integrante del grupo. Las aportaciones tanto de Rosario Bonaccorso como de Gianluca Petrella y Roberto Gatto (músicos asiduos de los grupos de Rava), proporcionaron algunos de los momentos más suculentos a nivel interpretativo, lo que permitió evidenciar la asombrosa flexibilidad musical del quinteto, capaz de desarrollar los momentos más aguerridos con personalidad y solvencia , y los momentos más melodiosos, con sensibilidad y ternura.
En definitiva un gran concierto, y que permitió disfrutar de la música de uno de los mejores trompetistas (sino el mejor) del viejo continente europeo, y que evidenció que sigue encontrándose en plena forma musical y creativa. Esperemos que no tengamos que esperar otros siete u ochos años para deleitarnos con su arte.
