Comentario: Un festival de jazz: el lugar al que se va a escuchar jazz. En Ibiza pretenden que eso siga siendo así y para eso se convocó hace 20 años un festival de jazz que empezó organizando el Instituto de la Juventud en Palma de Mallorca. Lleva ya 19 años celebrándose en Ibiza-city, en las alturas del casco viejo de la ídem, y aunque ya no esté el Injuve de por medio ni mantenga el carácter competitivo, y aunque haya pasado a celebrarse en el mes de septiembre, sobrevive en el empeño de programar jazz por parte de quienes lo promueven, preferentemente joven, preferentemente no americano (nacional-europeo).
En su año del gran cambio (de fechas, de patrocinadores) el asunto funcionó sólo a medias, en parte por el inexplicable empeño de los organizadores en programar tres conciertos por noche, en parte por el discutible criterio de selección de los artistas invitados –Roberta Gambarini es joven pero hace un jazz antediluviano, "Gipsy Swing" (David Reindhardt, Samson Schmitt…) ídem de ídem; sólo la muy cargante Rebekka Bakken pareció conectar con el gusto inescrutable del público ibicenco– y en parte por el puñetero frío que uno esperaría de cualquier otro lugar, pero no de Ibiza. Y por el sonido, que no fue malo, sino peor.
Así las cosas, lo más interesante fue la representación del jazz patrio, aunque a la "Eivissa Jazz Experience" (Abe Rábade, Perico Sambeat, Víctor de Diego, Alexis Cuadrado & Marc Miralta) sólo les escucharan cuatro valientes llegados al punto de congelación. La mayoría huyó después de las dos largas actuaciones precedentes y sus dos largos intermedios correspondientes. Semejante esfuerzo de reunir a los tales y tenerlos ensayando durante un par de días para nada, no se entiende.
Mr. Chacho, con Rubén Carlés al contrabajo, ganaron en Fuenlabrada, cumplieron con dignidad en Guecho (aunque encajaron mal la derrota: a veces, la juventud juega malas pasadas) y volvieron a hacerlo estupendamente en Ibiza. Hubo una voluntariosa banda local, el "Eivisssa Jazz Ensemble", formada por músicos del lugar, y una orquesta de dixieland que va más allá de la caricatura, lo que es norma en el género, la Jove Dixieland.
Punto y aparte para el colombiano Juan Pablo Balcázar y su cuarteto, quienes hacen del jazz una "road movie". Amenos y sustanciosos: toda una sorpresa. Son nacidos o residentes en Cataluña y de ellos apenas tenemos noticia los que residimos en la Villa y Corte y comarcas limítrofes. Claro que eso tampoco es noticia.
Completaron el cartel Miguel Angel Chastang, un habitual de la cita ibicenca, con su cuarteto "Four Generations", versión doméstica, y el alemán Magnus Mehl, cumpliendo el acuerdo que lleva al ganador en Guecho a actuar en Ibiza al año siguiente.
Lo mejor: que Ibiza sigue adelante. Porque necesitamos muchos festivales como éste, donde los músicos que tienen que decir son escuchados. Aunque no vaya Elton John.
© 2007 J. M. García Martínez
