Comentario: Presentación
en Madrid del último trabajo del proyecto de Carla Bley
The Lost Chords Find
Paolo Fresu (Watt 2007). Cinco bananas y una más
es lo que la propia Carla anunció como programa a interpretar,
correspondientes a los temas incluidos en este trabajo.
Comenzó el concierto dando la impresión que lo
hacía por la mitad, con la balada "One Banana",
que sirvió para lucimiento de Paolo Fresu y el toque
delicado, sensible, suave y elegante de su fiscorno.
El concierto pareció comenzar por la mitad con la interpretación
de una balada, pero lo cierto es que todo el repertorio fue
una bella balada, tan fresca como ausente de frialdad.
Siguiendo el orden establecido "Two Banana" fue el
siguiente tema, destacando el preciso discurso de Steve Swallow,
al que supo responder Carla Bley con suavidad sedosa, formando
un dúo elegante y exacto, que terminó acompañando
el resto del quinteto.
Swallow encuentra
en este quinteto la horma de su zapato, donde puede hacer frente
a su mejor sonido y encajar con tal naturalidad que no parece
estar, estando, sin embargo, muy presente.
Andy Sheppard tuvo su momento más feliz en el tema "Three
Banana," en el que fue elevando su discurso a ritmo de
blues, con escalas y arpegios,
a base de un
sonido seco, languideciente y disonante, a la vez que claro
y brillante, obteniendo del público el más sonoro
aplauso de lo que llevábamos de concierto.
De Billy Drummond, podemos hablar de un batería camaleónico,
siempre dispuesto a mimetizarse al servicio del solista de turno
o del grupo.
No menos destacable es la estrecha y brillante relación
mantenida por Paolo Fresu y Andy Sheppard, que se mostró
coordinada en los relevos y perfecta en los coros.
En este quinteto todo parece estar atado y bien atado, no hay
lugar para la improvisación, ni para dar una nota mas
alta que otra, todo está dominado por la elegancia y
el buen gusto de finos estilistas que se ciñen a la partitura,
pero que no se dejan dominar por corsé alguno, donde
Carla Bley no demuestra ser egocéntrica y se mantiene
en un papel recatado y sereno, dominando con sutil autoridad
y dejando la brillantez y la imagen mas fotogénica a
solistas como Paolo Fresu, el cual demostró estar siempre
dispuesto a regalarnos los oídos con hermosas melodías
y armonías de vigor incontestable, salidos del pabellón
de su fiscorno. ¡El triunfo del trabajo bien hecho!
Prueba de lo comentado anteriormente, con respecto a que todo
estaba atado y bien atado, es el bis con el que se cerró
la noche:
Fresu y Sheppard sacaron del ostracismo al que
habían sometido toda la velada a la trompeta y al saxo
soprano, convirtiendo este momento en el de mayor riesgo, ya
que la sordina y el sampler de Paolo Fresu así lo quisieron.
En
la despedida, buenas sensaciones y buenas vibraciones.