Comentario: Jack DeJohnette y Ripple Effect presentaron en Madrid su último proyecto titulado Hybrids.
El propio Jack DeJohnette dividió el concierto en tres grandes partes, que en realidad no fueron sino un medley de los temas que componen el álbum.
El concierto fue mas allá de las música étnica, fusionando elementos africanos, voces de espíritus ancestrales, jazz, reggae, ambient y electrónica. Todos estos elementos estuvieron presentes en los primeros 40 minutos, que es lo que duró la primera suite.
La batería de Jack DeJohnette marcaba ritmos funk mientras que la brasileña Marlui Miranda con su voz nos hacía viajar a tiempos remotos en la profunda África o a lugares inexplorados de la selva amazónica.
A ello se sumaban improvisaciones donde la percusión electrónica caminaba de la mano de la respiración circular de John Surman en un juego de diálogos entre ambos, sumándose las voces e improvisaciones étnicas. El resultado fueron ritmos cadenciosos, repetitivos y música de trance hipnótico.
Fue una música de sensaciones, con solos de saxo tenor, soprano o flautines a cargo de John Surman, furioso, potente, rotundo y libre, con el complemento de los ambientes electrónicos y el rap de Ben Surman que recuerda el sonido de Gary Thomas.
No muy distinto fue el devenir del resto de los temas, igualmente extensos. En el segundo, la larga introducción de la batería fue seguida al unísono por flautas de caña y flautines y complementada por la omnipresente electrónica de Ben Surman, el oscuro bajo de Jerome Harris y la doliente voz de Marlui Miranda. John Surman volvió a destacar con un solo de saxo soprano de ecos reverberantes, cósmicos e infinitos que, por un momento, recordó la música del grupo Gong.
El tercero y último de los temas, fue en primera instancia, aún mas evocador, con ambientes lisérgicos, imágenes de una amazonía cósmica, ecología y atmósferas adimensionales, todo ello sugerido principalmente por la guitarra psíquica y espacial de Jerome Harris. La segunda parte de la composición nos ofreció un solo demoledor y, de muy buen gusto, de John Surman al saxo tenor, durante el cual la batería de Jack DeJohnette creó un clímax de fuego, como ríos de lava fluyendo incandescentes, que desembocaron en un lenguaje imaginario creado por Marlui Miranda.
Música de colores, matices, influencias, convergencias y fusiones, que rememora y revindica a Jorge Reyes, Weather Report o Stephan Micus.
Casi dos horas de concierto que deleitó a la mayoría e incomodó a algunos, por ciertas improvisaciones reggae excesivamente largas y reiterativas, que a buen seguro no habrían sido incluidas en una grabación. Y de igual forma, otros esperaban encontrar al
Jack DeJohnette del sello alemán ECM o al John Surman protagonista y virtuoso que se prodiga en sus solos más de lo que lo hizo esta noche.