Pedro Iturralde: saxos tenor
y soprano, clarinete
Mariano Díaz: piano
Miguel Ángel Chastang: contrabajo
Carlos Carli: batería
Comentario:
El viejo profesor vino
a exponer su lección de Historia. De Historia del Jazz
y de su propia Historia que, de algún modo, es la del
jazz con factura hispana. Con una propuesta a un tiempo tan
ambiciosa y familiar, era lógico que aflorasen muy
diferentes tipologías de jazz. En la primera parte
del espectáculo, que comenzó recordando al famoso
quinteto de Miles Davis, el navarro desplegó su maestría
como intérprete de be-bop y de swing. Un sabroso medley
nos llevó por los mundos de Duke Ellington (con una
sugerente “Sophisticated Lady”), Gershwin (“I
Got Rhythm” y “Summertime”) y otros para
desembocar en Thelonious Monk. Para el que esto escribe sin
duda fue lo mejor de una velada que se estancó un tanto
con el jazz modal y de corte folclórico de la “Suite
Helénica”, composición de Iturralde. El
flamenco y los compositores españoles también
tuvieron su espacio en revisiones firmadas por el saxofonista,
quien también se sentó al piano para ofrecernos
una balada en solitario. A pesar de la edad que ya atesora
Iturralde, su vitalidad, su elegancia, su ludismo (sus citas
de “Salt Peanuts”, “Take Five” o “Negra
Sombra” fueron buena prueba) y sus dotes como soplador
siguen intactas y deberían seguir siendo fuente de
inspiración para generaciones venideras. La sección
rítmica estuvo en su sitio y fue una lástima
no haber disfrutado un poco más de Mariano Díaz,
muy acertado en sus solos y quizá algo constreñido
por el carácter modal de la última parte del
concierto, más acorde con el espíritu de “Etnofonías”.
Algo parecido podría haberle pasado a Chastang quien,
haciendo un papel correcto, tiene sin duda más dotes
para otro tipo de creatividad.