Comentario: El eco todavia reciente del concierto ofrecido por Stefano Bollani, también a piano solo, dentro del marco del XXIV Festival de Jazz de Madrid el pasado 20 de noviembre de 2007 son garantía mas que suficiente para que el pianista italiano volviera a visitarnos en tan corto espacio de tiempo.
Se podrá argumentar que una nueva actuación del mismo artista puede ser un inconveniente por aquello de la pereza mental de asistir a un mismo concierto a piano solo; pero no es así cuando hablamos de Bollani, cuyo conocimiento musical va más allá del jazz y de cualquier estilo. Si a eso sumamos que sus actuaciones nunca son iguales y que están caracterizadas por sus dotes de genialidad y fino humor, tendremos la suerte de volver a disfrutar no solo de buena música, sino también de un espectáculo único.
Las actuaciones del italiano son las de un músico total, que trabaja sin red y cuyas partituras se perdieron en el limbo. Su riesgo se basa en ganarse al público en vivo.
En ocasiones se muestra sereno y romántico en una búsqueda de la quietud, la paz y el sosiego casi meditativo; en otras, sus intereses van mas allá y su búsqueda se centra en el minimalismo y en salirse de la norma establecida; así sus manos se convierten en acróbatas saltarines y sus brazos utilizan el piano como instrumento de percusión ya sea con la tapa o con las cuerdas.
La ortodoxia y la heterodoxia se funden en un abrazo tan natural como fraternal, acercando la música clásica europea a la música africana,y fusionando la tradición con la vanguardia con grandes dosis de improvisación.
Por todo ello sus conciertos son una caja de sorpresas, muy diferentes de sus grabaciones en disco donde todo está mucho más controlado, en los que aflora su vena de cantante “frustrado” que se acompaña del piano para cantar canciones brasileñas, riéndose de si mismo y de la música, pero con la música.
El jazz, el rock&roll, el country, el ragtime o bandas sonoras de películas como "Amarcord"-Federico Fellini, Nino Rota- son motivos suficientes para improvisar con la majestuosidad, serenidad y elegancia que lo hacen reconocible de inmediato.
Con la composición propia “El domador de pulgas”, fuertemente aplaudida, nos fuimos acercando al final de un concierto al que solo le faltaba la guinda a la que ya nos tiene acostumbrados este loco genial que es Stefano Bollani. Esto es, con su gracejo habitual, realizar un medley para el que volvió a pedir hoja y bolígrafo, tal como hiciera en su anterior visita a Madrid y en donde anotó todas las canciones que quisiéramos que interpretara, entre las que se incluyeron "Summertime",”Bésame mucho” ó “El concierto de Aranjuez”.
Medley propuesto por el público.
La sensación final es que Stefano Bollani está hecho de una pasta especial.