Comentario: El anhelo de encontrarnos ante un artista desconocido es una forma especial de encarar un concierto, además de suponer un reto y un aliciente añadido del que ningún melómano está dispuesto a prescindir. Y este es el ejemplo de Jef Neve, un pianista y un músico del que apenas se tenían referencias y del que a buen seguro será difícil de olvidar tras lo vivido y degustado en esta su presentación en Madrid.
Entre las referencias, a las que aludía, están las excelentes críticas de sus trabajos anteriores: Blue Saga (2003), It's Gone (2004) o Nobody Is Illegal (2006), además de su participación en el festival de jazz de Vitoria-Gasteiz el próximo mes de julio. Sin embargo lo verdaderamente importante era el estreno en España de su último disco para la compañía Universal, el titulado Soul In A Picture (2008).
El concierto se basó precisamente en tocar la casi totalidad de las composiciones incluidas en dicho trabajo.
Jef Neve abrió su caja de música con el tema “A Waterfall Never Comes Alone”, en el que la alternancia de la poesía de la música clásica europea se mezcló con naturalidad y frescura con el swing más alegre y dinámico del jazz. El sonido del trío es enérgico, veloz, potente y Jef Neve lo hace aflorar con su técnica impecable y alejada de adornos innecesarios con constantes arpegios que le define un carácter agresivo en temas como: “Lay Down, Deep Down”.
Cambios de ritmo, aceleraciones y deceleraciones, subidas y bajadas vertiginosas dirigidas desde el teclado se van sucediendo entre desarrollos extensos e intensos, donde cada uno de los integrantes del trío demuestra toda la esencia contenida en sus cabezas y en sus corazones. Las manos de Jef Neve se reparten entre el teclado y las cuerdas interiores del piano, las percusiones flotantes y las escobillas golpean el aire de la mano de Teun Verbruggen y el contrabajo de Piet Verbist pone el contrapunto perfecto que ensambla el conjunto en composiciones como: “In To Sehnsucht” y “Sehnsucht”.
Dramática y serena belleza, poética marcha fúnebre tan intensa, tan profunda como la soledad de la lágrima furtiva y el dolor apacible en “Lacrimosa”.
El tema compuesto por Jef Neve en el aeropuerto de Marrakech y que lleva por título “Nothing But A Casablanca Turtle” (Nobody Is Illegal), convirtió las cuerdas interiores del piano en una alfombra mágica voladora con sonido a laúd que impregnó el escenario con el suave perfume de las Mil Y Una Noches.
Jef Neve cerró su piano con “Soul In A Picture”, alcanzando el momento de mayor concentración no solo por parte del grupo, sino también del publico, que degustó y disfrutó esta perla como si la fuera a escuchar por última vez en la vida.
Ternura, sencillez y encanto en esta preciosa balada que invitó a la reflexión y la paz espiritual en la larga introducción del piano y que fue creciendo en juegos de elegancia con las baquetas de Teun Verbruggen y la digitación de las cuerdas de Piet Verbist, transformándose en el momento mas turbador de la noche, y poniendo el broche final a un concierto lleno de buen gusto, distinción y arte con letras mayúsculas.
